Othman El Balouti, uno de los narcotraficantes más buscados por Bélgica, fue detenido en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, en el marco de una operación internacional. Su captura vuelve a estrechar el cerco en torno a Sebastián Marset.
El caso también reactiva el interés en la declaración del uruguayo Federico Santoro, alias “El Toro”, considerado un actor relevante en la causa A Ultranza Py y vinculado a la estructura operativa de Marset.
La Macromafia y sus nexos con Paraguay
Othman El Balouti, ciudadano belga de origen marroquí, lidera y opera como figura clave de la llamada Macromafia, una organización criminal que agrupa a delincuentes de origen marroquí, neerlandés, antillano, turco y albanés. Por sus vínculos y contactos en la región, autoridades lo consideran socio directo de Sebastián Marset.
Según la OFAC, que lo sancionó en 2023, lideraba una estructura dedicada al tráfico internacional de drogas y al lavado de activos.
La organización controla cerca de un tercio del mercado europeo de cocaína y está vinculada con cárteles latinoamericanos como los comandados por el uruguayo Marset.
Investigaciones de 2021 revelan que El Balouti era el destinatario de un cargamento de 10.964 kilos de cocaína, incautado en el puerto de Amberes, Bélgica. La droga había partido dos meses antes desde el puerto de Villeta, en nuestro país, en un contenedor de cuero azul remitido a nombre de la empresa Neumáticos Guairá, con sede en Pedro Juan Caballero.
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El Balouti y su socio Marset hilaban su red transnacional
De acuerdo con la justicia belga, la carga pertenecía directamente a su socio Sebastián Marset, que entre 2018 y 2022, consolidó una red criminal en nuestro país con el apoyo de Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Según datos oficiales, entre 2021 y 2022 esta organización habría movido más de 450 millones de dólares hacia Europa y África, en operaciones coordinadas desde Paraguay.
La detención de El Balouti no solo refuerza los vínculos entre Marset y cárteles europeos, sino que también confirma la existencia de una estructura criminal asentada en nuestro país. Otro aliado de Marset, de origen marroquí, también enfrenta una búsqueda por parte de Estados Unidos, lo que evidencia la dimensión transcontinental del entramado.
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