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martes, 3 de diciembre de 2024
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Plazas sucias, calles rotas, gente hospitalaria

Andrés Colmán Gutiérrez

Superaron ampliamente todas las expectativas. Antes de la inauguración oficial, la ministra de Turismo, Sofía Montiel de Afara, había vaticinado que se esperaban al menos unos 10.000 visitantes extranjeros para los Juegos Odesur Asu 2022, pero en su último informe, entregado el miércoles en Palacio de Gobierno, la propia titular de la Senatur se declaró gratamente sorprendida de que su tímido pronóstico se haya sextuplicado, ya que desde el 29 de setiembre hasta el 10 de octubre, un total de 67.000 turistas, provenientes de 117 ciudades del mundo. El 87% llegó al país por vía aérea y el resto por medios terrestres.

Buenas noticias. Los hoteles de Asunción y alrededores están ocupados en un cien por ciento. Incluso, algunos hoteles que debieron cerrar forzosamente por la crisis de la pandemia del Covid-19, pudieron reabrir exclusivamente para atender la alta demanda generada por la competencia deportiva internacional.

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Se estima que los ingresos económicos que hasta ahora aportaron las actividades en torno a Odesur durante estas dos semanas, ascienden a aproximadamente 200 millones de dólares, repartidos en hoteles, transporte, gastronomía, compras a artesanos y emprendedores, entre otros rubros, no solamente en Asunción y alrededores, sino también en las subsedes de competencias, Encarnación y Hernandarias.

En la calle, basta acercarse a algunos turistas para tener un clima de lo que pudieron vivenciar. En las cercanías del Panteón de los Héroes, en el microcentro capitalino, paseando envuelto con su bandera albiceleste, hallamos al argentino Gonzalo de León, llegado desde Rosario de Santa Fe, con toda su familia: “Ya habíamos estado en el Paraguay hace como diez años, pero ahora encontramos que el centro de Asunción está muy abandonado, muchas plazas están sucias y las calles están rotas en gran parte, aunque la gente de este país sigue siendo muy amable, muy hospitalaria, te hace sentir como si estuvieras en tu casa. Hay otros barrios que están muy modernizados, con muy buenos locales gastronómicos, pero es una lástima que la parte más linda esté tan deteriorada. Las autoridades deben cuidar mejor a una ciudad que tiene mucho valor histórico para toda Latinoamérica”.

Sabrina Gunzolo, de Córdoba, es familiar de una de las atletas que compiten en vóleibol, en representación de su país: “Es la primera vez que venimos al Paraguay, me gusta el ambiente, pero creo que falta mejorar mucho la infraestructura para el turismo. La ciudad parece muy destruida en muchas partes. Veo que han estado tratando de arreglar las plazas a último momento, no deberían ser tan improvisados. El turismo puede ser una gran fuente de ingresos económicos, pero hay que ponerse las pilas. También se nota la corrupción, nosotros vinimos en coche y apenas entramos en Paraguay por Encarnación, ya nos topamos con policías de tránsito que intentaron sacarnos guita por boludeces. Mi marido amagó con llamar por teléfono para denunciarlos ante el consulado y entonces se echaron atrás. Es una pena que persistan con esas actitudes que ahuyentan a los turistas. Por lo demás, encontramos gente maravillosa que nos hacen sentir muy bien recibidos. La comida es muy rica”.

Damares da Silva, brasileña, de Sao Paulo, dice que ya vino varias veces a Asunción y a otras ciudades del Paraguay, se nota por su pintoresco portuñol: “Eu gosto muito del Paraguay, pero muchas cosas tienen que mellorar. Apenas cruzamos el Puente de la Amizade y los policías ya te piden diñeiro, coimas. Hay muita corrupción, pero la gente es muito buena en las tiendas, en los hoteles, en los restaurantes, en las calles. Yo vengo siempre a hacer compras en Cidade del Este, porque los precios son muy buenos. En Asunción impresiona mucho la sujeira, suciedade, contaminación, rúas en mal estado, muy distinto a Encarnación o a Santa Rita, que son ciudades muy cuidadas. Tienen que mellorar mucho si quieren atraer turistas”.

Debemos reconocer que la gente de la Secretaría Nacional de Turismo hizo un muy buen trabajo para atender a los extranjeros durante estos juegos, a pesar de las limitaciones. La infraestructura montada y los eventos ofrecidos, con recorridos turísticos, despertaron buena aceptación y mucha participación.

La guía de opciones turísticas preparada especialmente para Odesur, disponible en formato digital y pdf, ha sido de mucha utilidad, pero la precariedad de muchos destinos, la inseguridad en territorios marginales, la falta de mayor profesionalidad en los operadores de turismo, conspiran contra la posibilidad de que muchos extranjeros que vinieron exclusivamente por disfrutar de las competencias deportivas, quieran regresar después por el simple placer de disfrutar de nuestros destinos turísticos.

Los Juegos de Odesur nos han demostrado que el turismo es una de las grandes opciones de ingresos económicos para el Paraguay, pero también nos demuestra lo mucho que hace falta mejorar.

Históricamente, la llamada “industria sin chimeneas” ha sido un sector ignorado por los poderes del Estado, pero en las últimas dos décadas hemos notado importantes avances. Todavía está lejos de figurar entre los servicios más importantes en la estructura del producto interno bruto (PIB), pero allí vamos. Falta que municipios importantes, como el de Asunción, lo tomen en serio y rompan el cascarón de la desidia y la ineficiencia. Hace falta mejorar los accesos fronterizos, entrar al país por Ciudad del Este o Encarnación supone un calvario, casi siempre. Por sobre todo, la clase política es la que debe tomar en serio el desafío, mejorando los presupuestos para el sector, facilitando opciones a los emprendedores turísticos, invirtiendo en mejorar los accesos y la infraestructura, pero sobre todo cambiando el chip provinciano de que el turismo es solamente una cuestión de ocio, tipo excursiones de fin de semana y el balneario valle entre yuyales y mosquitos.

Esperemos que esta experiencia de los Juegos Odesur Asu 2022 nos haya abierto un poco más los ojos y la conciencia acerca de la conveniencia de desarrollar una política de turismo más profesional, sostenible y amigable con el medio ambiente, desde todas las instancias del Estado y la sociedad.

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Andrés Colmán Gutiérrez es director periodístico de El Otro País – Estas crónicas forman parte de un proyecto colaborativo especial para latribuna.com.py