Rendición de cuentas, lavado de activos y extradiciones en el interés de Estados Unidos

El anuncio de la llegada Richard Nephew, coordinador de Anticorrupción Global del Departamento de Estado, de los Estados Unidos, sacudió nuevamente el avispero del cuadro político nacional. En efecto, Nephew, y su comitiva estarán en nuestro país del 26 al 28 de octubre, en una visita oficial. 

Es natural que se desaten todo tipo de suspicias, en el paraíso de la corrupción y la impunidad, como lo es Paraguay, más aún cuando se sabe que la administración de Joe Biden puso la anticorrupción como pilar central en su agenda de seguridad nacional y sobre todo porque recietemente, dos políticos paraguayos fueron designados significativamente corruptos por Estados Unidos.  

La corrupción a nivel global se convierte en un problema para la seguridad de los Estados Unidos porque «brinda oportunidades a peligrosos grupos de criminales, traficantes y terroristas», según se explica en los fundamentos de este nuevo lineamiento político del país del norte.  

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Coincidente con esta nueva política, solo al inicio de su gestión, la administración Biden-Harris declaró significativamente corruptos al expresidente Horacio Cartes y al actual vicepresidente Hugo Velázquez.  

Rendición de cuentas

La agenda de Nephew según se supo incluye reuniones con el Contralor General de la República, Camilo Benítez.  Esto demuestra el interés de los EE.UU., sobre la rendición de cuentas del uso de los recursos públicos y la transparencia en el manejo de las instituciones públicas. 

El embajador de Estados Unidos en nuestro país Marc Ostfield, al anunciar la restricción de visas a Cartes y sus familiares había declarado que dichas designaciones “promueven la rendición de cuentas y el estado de derecho”.  

La falta de rendición de cuentas del uso de los recursos públicos ha sido siempre y sigue siendo una de las principales vías para la corrupción en el país. La administración de Mario Abdo Benítez en estos cuatro años de gestión ha acumulado un rosario de casos de corrupción que no fueron aclarado y algunos ni siquiera investigados, y está maniobrando actualmente para que alguien de su entorno ocupe el cargo de Fiscal General del Estado.

Lavado de dinero 

El otro punto preocupante para los Estados Unidos es evidentemente el lavado de dinero. En julio pasado fue extraditado a Estados Unidos el brasileño-libanés Kassem Mohamed Hijazi, procesado en Estados Unidos por lavado de dinero. Paraguay es considerado un paraíso para el lavado de activo provenientes de actividades ilícitas, sin embargo, en el resultado hay pocas investigaciones y menos sanciones, a los involucrados.

El caso Hijazi es uno de los más emblemático, si no fuera por la intervención de Estados Unidos, tranquilamente podría haber seguido operando, porque en Paraguay no tenía ningún proceso ni mucho menos investigación. 

Corte Suprema de Justicia 

Se supo también extraoficialmente, que el enviado de la administración Biden tiene prevista una reunión con los miembros de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.

Esta sala tiene precisamente como una de sus principales funciones la atención a los casos de corrupción, entre las que figura la revisión de las resoluciones dictadas por las salas del Tribunal de Cuentas; dependencia utilizada por la mayoría de los responsables de instituciones públicas para eludir el control de la Contraloría General. 

Otro detalle no menor de las funciones de esta sala de la Corte es la atención de las cuestiones referidas a las solicitudes de extradiciones.

En ese sentido, un caso que molestó a los Estado Unidos fue el referido al dirigente deportivo Nicolás Leoz, quien logró eludir su extradición al país del norte mediante chicanas en la justicia paraguaya, hasta que finalmente falleció en el 2019, sin responder ante la justicia norteamericana. 

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