Una visita que confirma cuán frágil está la República

Desde el momento que nuestro diario informó la presencia en Paraguay del Coordinador Global Anticorrupción, Richard Nephew, que depende de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, se movieron todo tipo de rumores. Cuando otros medios también dieron la misma noticia, el ambiente político se caracterizó por murmullos y susurros de idas y vueltas, retroalimentadas por especulaciones generadas por operadores que viven en las redes sociales.

Los grupos divididos dentro de las internas coloradas, inicialmente, tomaron la visita como mejor creían, o les convenían. Giraron de manera sectaria sin que haya hasta ese momento datos fidedignos de la Embajada de los Estados Unidos. Otro detalle que se sintió en la Redacción de La Tribuna, en horas de la mañana, fueron las preguntas, unas tras otras, de diferentes personas y sectores, tratando de indagar para qué venía Nephew. La curiosidad es sana. Aunque detrás de los interrogantes había una mezcla entre preocupación y ansiedad. Los llamados cartistas buscaban saber las razones de la llegada de Nephew. Lo mismo sucedía con el sector oficial, léase fieles a Abdo. El mismo Abdo declaró a la prensa, siempre en horas de la mañana, que no sabía para qué llegaba.

Dentro de la fantasía cuasi colectiva en los grupos enfrentados dentro del partido de Gobierno, era clara la diferencia en la interpretación sobre el motivo de la visita. Casi un trato por igual, en la lectura parcial, había en sectores de la prensa, que dentro de su libertad de análisis y expresión tienen derecho a hacerlo. La agitación, tanto del cartismo como del abdismo, subió de tono cuando se enteraron que el visitante es autor del «El arte de las sanciones». El citado libro, más bien habla de las debilidades y fortalezas del esquema de sanciones aplicadas por EE.UU a Irán entre 1996 y 2015.

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El arribo del alto funcionario la semana próxima será para recabar más datos sobre la realidad nacional. Los Estados Unidos es una nación que es poderosa justamente por la calidad de información que tiene; por su sabiduría en seleccionarla. Los EE.UU saben perfectamente que los informes que reciben de un grupo u otro de la ANR tiene su dosis de tergiversación e interés sectario. Por nuestro lado, nos duele confirmar que esa suma de inquietud, incomodidad, zozobra e incertidumbre producida por una visita y sentida en el sector del partido de Gobierno (oficialistas y opositores), agravada por la alta corrupción que existe en la actual conducción, revelan cuán frágil e insegura está la República.