SÁHARA MARROQUI (IV)

Estamos pisando, nuevamente, suelo marroquí. Este país africano ocupa cada vez más espacios en América Latina a través de la consolidación de sus lazos con los más 34 países del hemisferio. Pese a ser una nación con pocos años de real independencia, su diplomacia es, en el buen sentido de la palabra, agresiva.

Con relación a América Latina, basta poner como ejemplo su adhesión como miembro observador en todos los organismos legislativos regionales: Parlamento Centroamericano (Parlacen), Parlamento Andino (Parlandino), Parlamento Latino-Americano (Parlatino), y el Foro de Presidentes de Parlamentos de Centroamérica y el Caribe (Foprel), en otras instituciones tales como el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Asociación de Estados Caribeños (AEC), la Alianza del Pacífico y la Comunidad Andina de Naciones (CAN).

Todo ese espacio se acrecentó tras la gira que del Rey Mohammed VI, que realizó en 2004. En esa oportunidad visitó México, Perú, Chile, Argentina y Brasil. Se puede decir que eso marcó un punto de inflexión en las relaciones del Reino con el espacio latinoamericano. El libro «Una mirada Latinoamericana sobre el Sáhara marroqui» da detalles de la relación de Marruecos con nuestro continente.

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Aquélla gira oficial del Rey vino a sellar incluso una interesante base de cooperación entre ambos espacios con la firma del Acuerdo Marco Mercosur-Marruecos. En ese marco de esta dinámica de dialogo, Marruecos se ofrece como principal vector del acercamiento, entre el continente africano y americano como lo demuestra la creación del Foro Parlamentario Afro-Latinoamericano (AFROLAT), cuyo objetivo de afianzar las relaciones y dinamizar la cooperación sur-sur.

Dentro de este espacio latinoamericano, Paraguay ocupa un lugar privilegiado por su posición estratégica y activa diplomacia. Todo eso debe aprovecharse, más aún cuando el país guaraní es miembro fundador del MERCOSUR. Situándose en el corazón de América del Sur, Paraguay puede llevar a cabo más programas de desarrollo, sobre todo a nivel de las infraestructuras.

La más importante, hablo de infraestructura, posiblemente siga siendo el proyecto de la ruta Bioceánica, que conectará directamente al Pacífico con el Atlántico. Considerado como el Canal de Panamá de América del Sur, este proyecto hará de Paraguay una plataforma comercial que favorecerá el comercio regional e internacional. La pregunta es: Lo estamos dimensionando en su real medida?.

Para el Paraguay, el mercado africano tiene que ser un objetivo como politica de Estado por un enorme potencial y porque ofrece oportunidades por doquier. Ya hablamos en pasadas entregas de los 1.300 millones consumidores potenciales. Lo que representa, para cualquier diplomacia y el comercio, una ventana abierta que se debe aprovechar.

La experiencia que adquirió Marruecos en el continente africano es notable ya que está presente en todos los sectores, como el bancario, seguros, minería, construcción, agricultura, comunicaciones, fármacos, industrias y transporte, por solo citar algunos, lo que lo convirtió en el segundo inversor en el continente.

Paraguay debe sacar beneficios de la experiencia acumulada por Marruecos para posicionarse en este importante mercado africano solicitando su acompañamiento y llevar a cabo así proyectos comunes en el marco de la cooperación triangular. Se puede, claro que sí. Es más, se debe!.

Es de recordar que los esfuerzos puestos en marcha por el Reino a favor del desarrollo del continente africano permitieron la reintegración de Marruecos a la Unión Africana en 2017, que, en poco tiempo, lideró la agenda del continente en cuestiones tan importantes como la migración y el terrorismo.

Marruecos no sólo es África. Está a un paso de Europa pasando por España. En lo que se refiere a las relaciones con con el continente europeo, el Reino es el único país de la región que tiene un estatuto avanzado con la Unión Europeo. En fin, ya todo depende de una definida y decida acción paraguaya para sacar beneficios para el pueblo nacional. Definitivamente, hay que buscar nuevas alianzas y nuevos mercados, y Marruecos representa ambas posibilidades que se deben convertir en realidades.