El hombre de bien más grande del Paraguay del Siglo XXI

A un año de su asesinato, Marcelo Pecci está en la memoria de sus colegas, amigos y la ciudadanía en general con mayor intensidad. Ni qué decir de los sentimientos de su familia. Hoy en día, es la figura emblemática más positiva y valiente del Paraguay en el Siglo XXI.

En un momento de mucha politiquería en el país, es saludable e ideal mantener viva la memoria del fiscal Pecci. Su legado es una imagen fiel de que es posible llevar a cabo una política de alto nivel sin necesidad de pertenecer a un partido político o tener una membresía como operador político. El ciudadano de bien, una buena persona, puede ejercer una verdadera política constructiva en favor de la República desde su posición.

Marcelo Pecci lo hizo. De hecho, la política no representa simplemente el estudio abstracto de los estados ideales, sino que es un examen al que se somete cada día el ciudadano en su vida visible y cotidiana. Lo que algunos de nuestros llamados líderes políticos hacen hoy en día, viviendo de obstaculizar el progreso del país y cobrando del Estado, son simplemente politiqueros de baja calidad, meros estafadores, grandes engañadores.

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La política se basa en principios, y eso es precisamente lo que representa Pecci. Cada persona tiene una responsabilidad social, y Marcelo supo cumplir con ella. Incluso encarnaba el ideal de Aristóteles de que «el bien último o la felicidad del ser humano consiste en la perfección, en la plena realización de su función natural…». Marcelo buscaba la perfección en su profesión. Era exigente consigo mismo, riguroso en su deber y responsable en su tarea.

Este gran paraguayo poseía una integridad que debe ser valorada como un signo de patriotismo en la comunidad. Al perseguir a rufianes, delincuentes, corruptos, mafiosos y organizaciones criminales nacionales e internacionales, Marcelo buscaba el bienestar humano. Puede sonar exagerado lo que decimos, pero aquellos que conocieron al fiscal Pecci saben que fue un valiente tremendo, dispuesto a enfrentar el mal con tenacidad, estar dispuesto a que le corten la carne, por días más honestos, saludables y honorables en la República.

En la actualidad, en una nación con pocos valores positivos y escasas demostraciones de amor hacia la Patria, Marcelo Pecci sigue vivo como ejemplo de ciudadano ejemplar. Está más presente que nunca en el corazón de cada paraguayo y paraguaya de bien. Su memoria perdurará a lo largo de los años. Está inmortalizado por lo que hizo como agente fiscal, y su legado es lo más valioso que tiene el pueblo guaraní en este Siglo XXI.