En la era de la inteligencia artificial (IA), la disyuntiva entre utilizar recursos gratuitos o de pago se ha vuelto crucial, especialmente en lo que respecta a la seguridad y la privacidad de los datos. Afara Salomón, consultor y capacitador experto en IA, arroja luz sobre esta problemática, destacando que la elección va más allá del simple desembolso económico.

Según Salomón, la principal diferencia radica en la seguridad. Las plataformas de IA pagas, como Gemini o ChatGPT, ofrecen un espacio personal y seguro en la nube. «Es como que vos estás comprando un espacio tuyo personal de una nube de seguridad para que vos puedas poner tus cosas adentro», explica. Esto contrasta drásticamente con las versiones gratuitas, donde la información sensible queda «en la nube, en el aire, abierto a todo el mundo».

Las empresas estadounidenses, por ejemplo, cobran tarifas mínimas (entre $19 y $20 dólares) precisamente para garantizar esta privacidad. Para Salomón, es vital entender que «casi siempre cuando uno va a colocar documentación, es mejor que esté en un formato pago». La analogía es clara: pagar por un servicio es como «pagar mi cuota para tener mi información o mi plata dentro del banco. El que no, bueno, ok, está libre al estaqueo».

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El Modelo Chino: Información es Poder

Por otro lado, el modelo chino, representado por plataformas como DeepSeek, QuantTube o Kimi, prioriza la adquisición de información. Para ellos, «información para ellos es poder», y por eso, muchas de estas herramientas son gratuitas, incluso con el apoyo gubernamental. Sin embargo, esto implica un intercambio: «si vos en DeepSeek metes y es libre, obviamente estás entregando tu información».

Sorprendentemente, Salomón destaca que algunas de estas herramientas chinas gratuitas están «por encima de algunas cosas que tiene ChatGPT o un Gemini o un Claude» en ciertos aspectos.

Considera que este rendimiento superior es el «gancho» para que los usuarios introduzcan su información, especialmente sus correos electrónicos. No obstante, relativiza la preocupación por la exposición de datos al recordar que «una vez que ya pusiste tu email en Facebook allá en el 2005, ya tienen tu información en cierta forma».

La pregunta clave es cómo protegerse

Salomón enfatiza que la clave es la conciencia del tipo de información que se introduce. «Protegerse es: ok. No meto información sensible en una libre y en una paga sí puedo meter información», afirma.

Incluso acciones aparentemente inofensivas, como pedir una corrección gramatical en un informe con datos sensibles, pueden exponer información. «Es como, imagínate, vos le decís, no, yo quiero arreglar nomás esto, pero le metiste un dato sensible justamente de algo de un board de directorio tuyo», ejemplifica.

Es crucial entender el propósito de uso de cada herramienta de IA. Si bien las versiones pagas ofrecen una «cajita de cristal» que resguarda la información, la doble verificación y la eliminación del historial son opciones que el usuario puede activar para un mayor control, aunque eliminar el historial sin guardar la información en la memoria de la IA puede resultar en la pérdida de un entrenamiento personalizado.

La Importancia de la Conciencia Digital: Datos y Cifras

La desconfianza en el manejo de los datos personales es un sentimiento generalizado. Estudios realizados en 2023, como los de Statista, indican que una abrumadora mayoría de los usuarios de internet a nivel mundial, en torno al 70-77%, expresa una notable preocupación por la privacidad y la seguridad de su información en línea.

Este temor no es infundado, considerando el valor que los datos han adquirido en la economía digital.

El riesgo asociado a una mala gestión de los datos se traduce en costos tangibles y cada vez más elevados.

Según el más reciente informe «Cost of a Data Breach Report 2024» de IBM, el costo promedio de una filtración de datos a nivel global ha escalado a la cifra récord de $4.88 millones de dólares.

Este notable aumento, que supera los $4.45 millones del año anterior, no solo contempla las posibles multas y sanciones, sino también la pérdida de negocio, el daño a la reputación de la marca y los costos de recuperación.

Para los desarrolladores de herramientas de Inteligencia Artificial (IA), los costos operativos son significativos.

No se trata únicamente de la inversión en infraestructura y una inmensa capacidad computacional, sino también de la crucial implementación de protocolos de protección de datos y el mantenimiento de equipos de ciberseguridad de élite. Estas inversiones, destinadas a proteger la información de los usuarios, se reflejan directamente en los modelos de suscripción de las plataformas de pago.

En última instancia, la elección entre utilizar una IA gratuita o una de pago recae en el usuario, quien debe sopesar la conveniencia del acceso sin costo frente al potencial riesgo de exposición de sus datos.

La recomendación de expertos en ciberseguridad, como Afara Salomón, es clara: para el manejo de información sensible, ya sea personal, financiera o empresarial, la inversión en una herramienta de pago con políticas de privacidad robustas y transparentes es una salvaguarda esencial en el panorama digital actual.