Oportunidades y renovación de la matriz energética

Hace 40 años, la primera turbina de la Central Hidroeléctrica Itaipú comenzó a generar energía, marcando un paso trascendental en el desarrollo energético de Paraguay y Brasil. Es innegable que nuestros socios en la binacional sacaron mayores beneficios y ventajas en estos 40 años de generación. Al mirar en retrospectiva solamente podemos ver un cúmulo de oportunidades perdidas, pero no hay tiempo de lamentarse por el pasado, por lo que hay que empezar a reflexionar sobre el futuro de nuestra matriz energética y las nuevas oportunidades que ya no debemos desaprovechar.

Expertos en materia energética vienen advirtiendo sobre la creciente demanda de energía eléctrica en nuestro país. Proyecciones indican que para el año 2030, consumiremos la totalidad de nuestros recursos disponibles, poniendo en riesgo nuestra capacidad energética. Antes que una visión apocalíptica esta realidad se presenta como una oportunidad para reevaluar nuestras estrategias para el desarrollo de otras fuentes de las que dispone en abundancia nuestro país.

Es evidente que el futuro de la energía reside en fuentes renovables y limpias. Paraguay, con su vasto potencial hidroeléctrico, está en una posición privilegiada para liderar esta transición. Además de las fuentes compartidas y las proyectadas, debemos explorar el aprovechamiento de nuestros propios recursos internos, como los ríos Paraguay y Paraná.

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La energía solar emerge como otra alternativa prometedora. Con un clima que favorece la radiación solar, Paraguay tiene la capacidad de convertirse en un importante productor de energía fotovoltaica. Aunque existen desafíos en el almacenamiento de energía durante períodos de baja luminosidad, los avances tecnológicos ofrecen soluciones viables, como el uso de baterías de litio y otras tecnologías emergentes.

Si bien la energía eólica presenta ciertas limitaciones en nuestro país debido a la variabilidad de los vientos, no podemos descartar su potencial por completo. Los estudios indican que, si bien la tecnología actual no es completamente rentable, existen oportunidades para mejorar la eficiencia y la capacidad de generación.

Para aprovechar plenamente nuestro potencial energético, es fundamental invertir en educación y desarrollo tecnológico. Como país mediterráneo, somos especialmente vulnerables a los impactos de los factores geopolíticos externos en nuestra economía. Diversificar nuestra matriz energética no solo fortalecerá nuestra soberanía, sino que también impulsará la innovación y el crecimiento económico sostenible.

En este sentido, es necesario fomentar iniciativas privadas que promuevan el desarrollo de energías alternativas. La colaboración entre el sector público y privado puede ser la clave para impulsar la investigación, la inversión y la implementación de tecnologías innovadoras.