El gobierno anunció el desplazamiento de la zona de acción de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) hacia los departamentos de Canindeyú y Alto Paraná. Esta iniciativa, presentada por el ministro del Interior, Enrique Riera, puede ser calificada como una respuesta necesaria y oportuna ante la creciente amenaza del narcotráfico y la violencia criminal en ambos departamento.

En los últimos tiempos, Canindeyú se ha convertido en el foco de atención de la opinión pública debido a una serie de hechos violentos protagonizados por bandas de narcotraficantes, que han operado en la zona con total impunidad, estableciendo territorios liberados para el tráfico y sometiendo a la población a un clima de terror. La presencia de estas organizaciones criminales ha generado una preocupación generalizada y ha puesto en evidencia la necesidad de una intervención decidida por parte del Estado.

El desplazamiento de la FTC hacia Canindeyú y Alto Paraná es una medida acertada para hacer frente a esta problemática. La presencia de esta fuerza especializada en la zona permitirá una respuesta más efectiva y contundente ante las bandas criminales que han sembrado el caos y la violencia en la región.

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Sin embargo, es importante tener en cuenta que la participación de las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interna debe ser limitada y temporal. El rol fundamental de las Fuerzas Armadas es el resguardo de la soberanía y la defensa nacional, y desviar sus recursos y capacidades hacia tareas de seguridad interna puede desviar su atención de sus funciones primordiales. Es necesario que esta medida se acompañe de un plan integral que fortalezca las capacidades de la policía y aborde las causas estructurales de la inseguridad en la región.

Más que nunca el ministro del Interior, Enrique Riera, debe iniciar una campaña de reestructuración y limpieza de las fuerzas policiales, eliminando la corrupción y fortaleciendo la capacidad operativa de la institución. La falta de confianza en las fuerzas policiales y la complicidad de ciertos sectores con el crimen organizado han contribuido al deterioro de la seguridad en la región, y es necesario abordar estas cuestiones de manera integral para lograr resultados sostenibles.

La incursión de la FTC no debe ser permanente, es una medida que puede ser necesaria en el corto plazo para contener la violencia y el narcotráfico. Sin embargo, es fundamental que se vea como una solución temporal y que no distraiga a las Fuerzas Armadas de su rol fundamental. Es necesario acompañar esta medida con acciones concretas que fortalezcan las capacidades de la policía y aborden las causas estructurales de la inseguridad en las regiones conflictivas. Solo así se podrá garantizar una solución duradera y sostenible a este grave problema que afecta a la sociedad paraguaya.