El trabajo proporciona ingresos, dignidad, inclusión social y constituye una herramienta clave para superar la pobreza. Sin embargo, será difícil crear más puestos de trabajo sin la presencia de nuevas empresas, industrias, fábricas y pymes. En síntesis, la mano de obra no se multiplicará si no se alienta una mayor inversión privada y pública. ¡Es lógica pura!
No queremos quedarnos en el simple relato de lo que ya se sabe: la falta de más empleos. El desafío es promover una acción mancomunada y decidida para enfrentar un flagelo que no es solo nacional ni regional, sino mundial: la necesidad de proporcionar una remuneración digna a cada ciudadano a través del trabajo.
Paraguay reúne condiciones para dinamizar su política exterior con el objetivo de atraer mayor capital al territorio nacional y, con ello, ir reduciendo el déficit laboral. Nadie compra lo que no conoce ni valora lo que ignora. Es necesario continuar promocionando la producción de energía 100% renovable —limpia y competitiva—, mostrar los bajos costos operativos y difundir el régimen fiscal simple que rige en el país.
La premisa de la publicidad constante debe guiar el esfuerzo de mostrar, como carta de presentación, la estabilidad macroeconómica, los recursos estratégicos disponibles y las ventajas competitivas estructurales que el inversor puede hallar trayendo su capital al Paraguay. El sol permanente, la tierra fértil y el agua abundante son oro puro.
Las embajadas paraguayas en el mundo deben promocionar con mayor énfasis las bajas cargas fiscales. Deben dejar de lado las actividades sociales meramente protocolares. Nos guste o no, el país cuenta con un régimen tributario simple: 10% de impuesto a la renta, 10% de IVA y 10% de impuesto a la renta personal. Esto debe posicionarse en cada espacio donde exista una representación diplomática. No hay un deber más importante para un funcionario en el extranjero.
No es casualidad que dos finales sudamericanas de fútbol y los recientes Juegos Panamericanos Junior, por citar ejemplos, se hayan realizado en el país. Ello responde a la ubicación estratégica en el corazón del Mercosur, con conectividad fluvial, aérea y terrestre. Tampoco es casualidad el crecimiento de las inversiones: los empresarios conocen el Sistema Unificado de Apertura y Cierre de Empresas (SUACE), ventanilla única que facilita la instalación de compañías y otorga residencia a inversores.
Sin embargo, todo esto sigue siendo insuficiente. Y lo es porque se desconoce lo que hoy representa Paraguay. También porque el análisis suele girar en torno a lo obvio: que falta empleo, algo que ocurre a escala global. El foco debe ponerse en visibilizar las ventajas comparativas existentes. Allí está la clave para aumentar el trabajo formal, construir un ecosistema de ingresos salariales y avanzar hacia un desarrollo sostenible.