Un trabajo realizado por la Dirección General de Registro Público, publicado recientemente por La Tribuna puso en evidencia una realidad que, aunque previsible, no por ello menos relevante: los distritos del Chaco Paraguayo se encuentran rezagados en términos de desarrollo inmobiliario. Este hecho, lejos de ser una sorpresa, obliga a reflexionar sobre el futuro de una región de vital importancia para nuestra historia y para el futuro de nuestro país.

La baja actividad inmobiliaria en el Chaco es entendible por su actual carencia de infraestructura para un crecimiento urbano significativo. Sin embargo, esta realidad debe ser vista como un hecho positivo, dado que representa una oportunidad única para preservar la singularidad de su ecosistema. En ese contexto, la próxima habilitación de la Ruta Bioceánica, es un desafío porque se trata de un proyecto que promete transformar radicalmente el panorama económico de aquella región del país.

La apertura de esta vía de comunicación internacional no solo significará la creación de nuevas poblaciones en sus alrededores, sino también el incremento del tráfico vehicular, con todas las implicancias que esto conlleva en términos de desarrollo económico y preservación ambiental.

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Es por ello que, como sociedad paraguaya, debemos comenzar a mirar hacia el Chaco con una perspectiva renovada y a desarrollar planes integrales que promuevan un crecimiento sostenible y equitativo en la región. Es fundamental que este proceso de desarrollo esté acompañado de medidas sólidas para la protección del entorno natural del Chaco, así como para garantizar la seguridad y soberanía sobre esta zona estratégica de nuestro territorio.

La construcción de la Ruta Bioceánica representa una oportunidad para impulsar el desarrollo del Chaco Paraguayo, pero también nos enfrenta a desafíos importantes en materia ambiental y de seguridad. Es momento de volver a mirar al Chaco y abordar estos desafíos con seriedad y responsabilidad.

Mirar hacia el Chaco no es solo reconocer su potencial económico, sino también asumir el compromiso con la preservación de su rica biodiversidad y con la reafirmación de nuestra soberanía sobre ese territorio, tan sensible para nuestra historia, actualmente vulnerable para las actividades delictivas. Es de esperar que los líderes de nuestro país, que se pasan enfrascados en nimiedades, pongan en el foco del debate esta realidad, que está a la vuelta, y que significará una gran trasformación de una región olvidada de nuestro país.