Estamos en una sociedad global y, como tal, la guerra entre Rusia y Ucrania está teniendo graves consecuencias: afecta la economía, la seguridad alimentaria, la estabilidad mundial y azuza una mayor polarización geopolítica. Por eso, merece celebrarse la anunciada tripartita entre Trump, Putin y Zelenski en busca de la paz que el mundo reclama.
El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó el lunes pasado que comenzó a “organizar” una reunión entre sus homólogos ruso y ucraniano, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski. Fue tras un encuentro en Washington con este último y varios líderes europeos para tratar de lograr avances en el camino hacia la paz en Ucrania. ¡Ojalá así sea!
Por más distante que esté Paraguay de ese conflicto, existe una cadena de consecuencias: aumento en los precios de la energía y los alimentos, interrupciones en los suministros y un repunte de la inflación en naciones cercanas a la guerra. Es posible que en nuestro país el impacto sea menor o incluso casi imperceptible, pero este conflicto, al igual que el interminable enfrentamiento en Gaza, genera desplazamientos poblacionales y eleva las tensiones geopolíticas.
En la actualidad, ninguna guerra deja de afectar al comercio internacional. De hecho, la crisis alimentaria y energética golpea, por cercanía, a países ya vulnerables como Afganistán y varias naciones africanas, aumentando la inseguridad alimentaria y la pobreza. También hay una desaceleración del crecimiento económico, con efectos más pronunciados en Europa del Este y Asia Central.
Los únicos que ganan con las guerras son las industrias armamentistas, lo que, en contrapartida, implica un aumento del gasto militar. El efecto dominó del mayor uso de dinero público en defensa, incluso por precaución, se percibe en muchos países, especialmente en Europa, con implicaciones para las prioridades de inversión que realmente beneficien a las poblaciones.
Ni hablar de las muertes, los heridos que quedan, la crisis de salud mental y los daños a la infraestructura. De momento, ya podemos prever que la guerra entre Rusia y Ucrania es una crisis que genera un déficit global que se sentirá a largo plazo, afectando la estabilidad y el bienestar de numerosas naciones.
Por todo lo dicho, aplaudimos la iniciativa del presidente Trump al intentar formalizar una reunión entre Putin y Zelenski. “Al concluir las reuniones, llamé al presidente Putin y comencé a organizar un encuentro, en un lugar por determinar, entre el presidente Putin y el presidente Zelenski”, escribió Trump en su red social Truth Social.
El mundo necesita una nueva oportunidad de paz. Hay que evitar que se sumen tensiones. Una mayor polarización puede encaminar a otra guerra mundial en la que el riesgo es que no haya vencedores. En un todo contra todo, con bombas nucleares de por medio, podría no quedar nadie con vida para realizar los entierros y las oraciones correspondientes.