La infraestructura es uno de los pilares básicos para el desarrollo económico y social de los países. Carreteras, puentes, redes eléctricas, hospitales, puertos y redes digitales conectan territorios, generan empleo, reducen desigualdades y estimulan la productividad. Sin embargo, a pesar de su importancia, el mundo enfrenta una brecha de inversión significativa que podría comprometer las metas de crecimiento a mediano y largo plazo.
Para conocer este panorama, una herramienta útil es el Global Infrastructure Outlook, una iniciativa de análisis y proyección desarrollada por el Global Infrastructure Hub (GI Hub) —una organización respaldada por el G20— que proporciona estimaciones sobre las necesidades globales de inversión en infraestructura hasta el año 2040.
Brecha global de inversión en infraestructura
El reporte señala que, si se mantienen las tendencias actuales, la brecha de inversión en infraestructura alcanzará los US$15 billones para 2040. Esta cifra es alarmante, sobre todo si consideramos que las necesidades de infraestructura no se limitan a grandes economías, sino que afectan con mayor dureza a los países en desarrollo, donde la falta de conectividad y servicios básicos limita las oportunidades de progreso.
La buena noticia es que existen iniciativas multilaterales que buscan cerrar esta brecha. La Alianza para la Inversión en Infraestructura Global (PGII), impulsada por el G7, se ha propuesto movilizar US$ 600 mil millones para 2027, mientras que la Unión Europea, a través de su programa Global Gateway, ha comprometido €300 mil millones entre 2021 y 2027. Estas acciones permiten canalizar recursos hacia proyectos sostenibles, especialmente en sectores como energía limpia, infraestructura digital y resiliencia climática.
Uno de los cambios más notables en la inversión global es la creciente participación del sector privado.
En 2023, más del 50% de las inversiones privadas en infraestructura en mercados primarios se destinaron a proyectos verdes, con especial énfasis en energías renovables como la solar, eólica e hidrógeno.
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Inversion-en-Infraestructura-Paraguay-y-Mercosur-1A su vez, en países de ingresos bajos y medianos, la inversión privada alcanzó los US$ 86 mil millones. Aunque esto representa una leve caída del 5% respecto al año anterior, se mantiene dentro del promedio de los últimos cinco años.
Oportunidades en América Latina y Paraguay
En América Latina, la situación presenta un doble reto: por un lado, la necesidad urgente de modernizar la infraestructura existente, y por el otro, la limitación de recursos fiscales.
Aquí es donde los mecanismos de financiación estructurada y la participación del sector privado pueden marcar la diferencia. Para ello, es esencial mejorar los marcos regulatorios, reducir la percepción de riesgo y garantizar transparencia en la ejecución de los proyectos.
El caso de Paraguay es ilustrativo: el país ha logrado avances notables en atracción de inversión extranjera para infraestructura, apalancado por su estabilidad macroeconómica, políticas fiscales prudentes y un entorno favorable para la inversión.
El reciente acceso al grado de inversión refuerza su capacidad para captar capital a tasas competitivas, lo que debe aprovecharse para impulsar proyectos que dinamicen su economía.
Energías limpias y digitalización: el futuro
La digitalización también juega un rol clave. Con la expansión del comercio electrónico, la inteligencia artificial y el trabajo remoto, la demanda por infraestructura digital (como centros de datos y redes de alta velocidad) se ha disparado.
Empresas como DigitalBridge están liderando inversiones en este campo, que ya no es un lujo, sino una necesidad para la competitividad.
Además, no podemos hablar de infraestructura sin abordar la transición energética. La Agencia Internacional de Energía estima que la inversión global en energía superará los US$ 3 billones en 2024, de los cuales US$ 2 billones se destinarán a energía limpia.
Esta es una oportunidad para que América Latina, rica en recursos naturales, lidere la generación de energía sostenible y se convierta en proveedor de peso de soluciones verdes a nivel global.
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César Addario Soljancic, vicepresidente regional de EXOR Estructuradores Financieros