Lo que esconde la falsa realidad tras las Redes Sociales

Por: Psicóloga Paola Zapata

Cuando llegamos a un lugar, o estamos planeando ir a alguna parte, la mayoría de las veces, dependiendo del objetivo de salida, es estar seguro si tendremos señal o internet. , nos encontramos en una era donde estamos constantemente conectados con el mundo, y detrás de eso la exposición de nuestras vidas al mundo entero, donde estamos en la mira de miles de personas opinando o pendientes de lo que estamos dispuesto a mostrar.

Dentro de ese marco de exposición hay mucha presión social. Esto implica que muchas personas para ser aceptadas dentro de este mundo de exposición demuestran a la sociedad una vida falsa, donde exhiben una vida totalmente antagónica a la que demuestra, la falta de seguridad, falta de autoestima y personalidad que hacen y deshacen la imagen que venden al mundo.

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Muchos muestran dinero que no tienen, felicidad que no poseen. Como dice aquella frase «dime de lo que presumes y te diré lo que realmente careces». “Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo”.

Las redes sociales nos permiten controlar con gran precisión la imagen qué ofrecemos a los demás. ¡Qué gran oportunidad de mostrar nuestro yo ideal!

Esto puede estar relacionado con el miedo al juicio de los demás, a la comparación social o a intentar encajar en los estándares y expectativas de la sociedad.

En lugar de invertir tiempo y energía en buscar nuestra propia felicidad, nos enfocamos en dar una apariencia de felicidad, aunque esa apariencia no siempre sea auténtica. Es importante recordar que la verdadera felicidad viene del interior y no depende de la opinión de los demás.

Es importante que nos hagamos un autoanálisis del porqué necesito constantemente estar mostrando lo que hago o no, que hay detrás de esa sensación de satisfacción a los «me gustas» o el desánimo del desinterés de los que está detrás de la pantalla.

Debes de tener muy claro que las relaciones personales y las amistades reales no se basan en interacciones en redes sociales, sino en el contacto directo entre personas. En un abrazo, en un beso, en un ‘me gusta’ dicho desde el corazón.