La historia del secuestro con que el EPP comenzó a operar

María Edith Bordón de Debernardi, apodada Nika, se iba de costumbre al Parque Ñu Guasu a caminar. El 16 de noviembre de 2001 se fue allí con su amiga, Elizabeth Gunther de Niedhammer, sin imaginarse jamás lo que ocurriría. Eran las 9:15 de la mañana. Estando allí, María Edith fue secuestrada por tres sujetos armados. Había sido, era el inicio de la actividad del grupo autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo. A ella le pusieron en una bolsa negra y le metieron en un auto. Le llevaron y le tuvieron secuestrada 64 días. Después ella misma contó cómo fue todo.

Los secuestradores cambiaron tres vehículos hasta llegar al lugar donde le dejaron en cautiverio. “Me sacaron los zapatos, me metieron en una bolsa, me esposaron por atrás. Anuncio Martí era el hombre malo. Me pegaba con la culata de una pistola. Pusieron música dentro de los vehículos para que no se escuchen mis gritos ”, recordó María Edith, según la historia escrita por el diario Ultima Hora.

Los secuestradores empujaron a la amiga y luego ésta huyó y avisó al marido, el ingeniero Antonio Debernardi, quien automáticamente movió sus influencias para que se inicie la búsqueda.

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El nivel de crueldad utilizado por los secuestradores dejó profundas huellas en María Edith, siempre según la fuente citada. Según sus declaraciones realizadas ante el Ministerio Público, los primeros días de cautiverio fueron terribles.

“Llegamos a una casa, y uno de ellos me bajó y sentó en el piso. Después me llevaron a una cama (…) Me metieron en un pozo y ahí me destaparon los ojos. Fue recién ahí que entendí que se trataba de un secuestro”, comentó.

En sus posteriores declaraciones a los medios, la víctima dijo que sus captores la atormentaban constantemente y a menudo sufría degradación. “Después de 16 días me llevaron al baño”, refirió.

“Me hacían tener miedo. Me dijeron que cuando quería decir algo debía hacerlo por escrito. Me decían que había dinamita. Yo hacía mis necesidades en un baldecito. Por horas me llevaban arriba, pero cuando llegaba gente a la casa, me metían al pozo ”.

María Edith Bordón de Debernardi estuvo encerrada en un pozo húmedo que fue descubierto en el 2005, en una vivienda situada en las calles Mencia de Sanabria casi Yataity Corá, del barrio Pinozá de Asunción.

Las pruebas de vida entregadas a la familia fueron dos fotos, para las que obligaron a Nika a posar, y algunas cartas escritas de puño y letra por ella misma.

El primer pago de USD 400.000 se realizó el 14 de enero de 2002, mientras que el segundo para completar el dinero solicitado fue el 18 de enero del mismo año. Para ello, fueron designadas dos personas allegadas a la familia. Antes, cada billete fue fotocopiado por la Fiscalía.

Finalmente, el 19 de enero de 2002, Antonio Debernardi recibió la llamada esperada donde se le comunicaba que su esposa sería liberada.

Sus secuestradores pidieron a María Edith que vista ropas de hombre. Le taparon los oídos con algodón y los ojos con curitas, le pusieron un kepis y lentes oscuros, y la alzaron a un vehículo en marcha.

“Sentí que la calle era accidentada, parecía ser de tierra y luego me dieron muchas vueltas, por aproximadamente una hora y media”, recuerda.

Tras cambiar varias veces de dirección, finalmente los secuestradores dejaron a su víctima en la vereda sobre las calles Coronel Cabrera y Santa Teresa de Asunción, donde se encontró con su familia.

El entonces fiscal general del Estado, Oscar Germán Latorre, mencionó que una vez que llegaron algunos informes desde Colombia se tuvo acceso a correos entre Juan Arrom y referentes de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“Esos correos del año 1999 revelan cuando Arrom contacta con ellos para proponerles el negocio del secuestro. Se evidencian los contactos con (los ex líderes de las extintas FARC) Rodrigo Granda y Raúl Reyes, el financiamiento de la (guerrilla colombiana) FARC para concretar el secuestro y el monto que recibieron los colombianos por el asesoramiento para el secuestro de María Edith” , relató.

Tres de los responsables del secuestro están prófugos y, según la Fiscalía, ellos son Juan Arróm, Anuncio Martí y Victor Colmán. Primero estuvieron refugiados en Brasil, luego en Uruguay y actualmente están en Finlandia, donde se fueron los diputados Kattya González y Sebastián García. Otros, como Aldo Meza y Carmen Villalba, ya fueron condenados.

Ahora en Finlandia

Los diputados Kattya González y Sebastián García se encuentran en Finlandia participando de la Cumbre sobre Parlamentos del Futuro. Los parlamentarios aprovecharon su presencia para conversar con sus colegas finlandeses, quienes les orientaron para presentar una nota dirigida a la Comisión de Relaciones Exteriores, solicitando la revocación del estatus de refugiado de los buscados por la justicia paraguaya por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi.

“Desde el año 2003 los señores Juan Francisco Arrom Suhurt, Anuncio Martí Méndez y Víctor Antonio Colmán Ortega se encuentran prófugos de la justicia paraguaya y se encuentran procesados por la comisión de crímenes de secuestro extorsivo y otras violaciones al derecho positivo paraguayo, habiendo eludido sus responsabilidades para presentarse ante la justicia paraguaya desde hace más de 15 años…», dice una parte de la nota con fecha 12 de octubre de 2022, dirigida a Jussi Halla-aho, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del parlamento de Finlandia.

“Creemos que la República de Finlandia no debería ser acusada de incumplir con las normas de Derecho Internacional y, considerando que los hechos se cometieron después de la entrada en vigor de la Convención de fecha 26 de junio de 1987, vuestras autoridades nacionales deberían considerar la petición formulada por el Estado paraguayo de revocación del estatuto de refugiados políticos”, dice la nota firmada por la diputada Kattya González y y el diputado Sebastían García. 

FOTO: Archivo Diario Ultima Hora.