El Ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovino, respondió a un análisis financiero que alega que Brasil ha asumido la totalidad de la deuda de construcción de la planta hidroeléctrica Itaipú y ha generado ingresos para Paraguay. Fernández Valdovino defendió la postura paraguaya, argumentando que Brasil, al consumir más energía, naturalmente asumió una parte mayor de los costos totales, incluyendo la deuda. Destacó que lo irregular habría sido que Brasil pagara una fracción igual de los costos en comparación con Paraguay.

El portal brasileño Folha de S. Paulo publicó que un análisis financiero habría revelado que Brasil asumió la mayor parte de los costos de Itaipú, mientras Paraguay recibió ingresos por el uso de la planta binacional.

La publiación de referencia señala que “un análisis de los flujos financieros y la distribución de energía de la central hidroeléctrica de Itaipú ha revelado que los brasileños han asumido completamente la deuda de construcción de esta planta binacional en el río Paraná, compartida por Brasil y Paraguay. Según datos presentados por el Instituto Acende Brasil, un grupo de expertos en el campo de la energía, Brasil ha pagado un total de 85,7 mil millones de dólares en el período de 1985 a 2022, mientras que Paraguay ha recibido 5,9 mil millones de dólares en el mismo período”.

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Reconoce que Brasil se llevó la mayor parte

El análisis financiero demuestra que Brasil ha asumido la mayor parte de los costos asociados con la construcción y operación de Itaipú, incluyendo la amortización de la deuda y los intereses. Los consumidores brasileños han financiado estos costos a través de su factura de luz, lo que ha permitido que la deuda se pague por completo. Según el presidente de Acende Brasil, Claudio Sales, «Brasil lo pagó todo, basta con ver el flujo del dinero. Pagó la deuda, la operación, los costos. Todo fue sufragado por los consumidores de energía del lado brasileño», menciona el artículo firmado por Alexa Salomão.

Señala también que el tratado de Itaipú, establece que la central hidroeléctrica no debe obtener ganancias y que la tarifa de energía debe ser lo suficientemente alta para cubrir los costos de la planta. Los costos incluyen los derechos por el uso del agua en ambos lados de la frontera, los gastos de explotación y, históricamente, los costos financieros relacionados con la deuda de construcción de la planta.

A pesar de que el tratado estipula que todos los costos y beneficios se deben dividir por igual entre Brasil y Paraguay, Paraguay no ha consumido el 50% de la producción de energía eléctrica a la que tiene derecho, lo que ha llevado a que Brasil pague por la parte no consumida. “El año pasado, Brasil pagó 218,5 millones de dólares por esta cesión, lo que ha sido considerado un gesto generoso”, según la publicación.

Carece de una comprensión de conceptos económicos básicos

En respuesta al análisis financiero presentado, el Ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovino, hizo una declaración en su cuenta de la red social x, en la que señaló que el análisis carece de una comprensión adecuada de conceptos económicos básicos.

Argumentó que, en cualquier transacción comercial, el precio que se paga por un bien o servicio incluye los costos de los insumos, incluidos los costos de financiamiento. Fernández Valdovino ejemplificó esto diciendo: «Cuando uno compra o consume un bien o servicio, en el precio que se paga por el mismo está el costo de todos los ‘insumos’, además del lucro correspondiente si lo hubiere».

El Ministro explicó que Brasil, al haber consumido la mayor cantidad de energía de Itaipú, naturalmente pagó una proporción mayor de los costos totales, incluidos los intereses y el capital relacionado con la deuda de construcción.

Fernández Valdovino argumentó que esto era razonable y que lo irregular habría sido que, a pesar de consumir mucha más energía, Brasil pagara una fracción igual de los costos en comparación con Paraguay. También destacó que, en última instancia, quienes se beneficiaron más de Itaipú fueron los que aprovecharon más la energía generada por la planta.

Brasil y Paraguay debían comenzar las discusiones sobre el Anexo C el pasado jueves 26 de octubre, en una reunión en el Ministerio de Minas y Energía en Brasilia. Paralelamente, estaba prevista una reunión entre los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Santiago Peña, pero finalmente, el gobierno brasileño pidió postergar la reunión para una nueva fecha.