Argentina ya tiene su primera Santa

María Antonia de Paz y Figueroa (1730-1799), conocida como «Mama Antula», fue canonizada este domingo durante una misa en la basílica de San Pedro oficiada por el Papa Francisco y la presencia del presidente de Argentina, Javier Milei.

“Mama Antula ‘tocada’ y ‘sanada’ por el ‘pequeño Dios de los pequeños’, al que anunció durante toda su vida, sin cansarse, porque estaba convencida de que la paciencia es buena, pero mejor es la perseverancia. Que su ejemplo y su intercesión nos ayuden a crecer en la caridad según el corazón de Dios”. Esta fue la invitación del Papa Francisco al final de su homilía en la Santa Misa que presidió en la Basílica de San Pedro, con ocasión de la canonización de la beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, la primera santa argentina, fundadora de la casa de los ejercicios espirituales de Buenos Aires.

La ceremonia comenzó con el canto «Veni, Creator Spiritus» y después el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Marcelllo Semeraro, realizó al pontífice la ‘petio’, la solicitud de canonización con los postuladores de la causa y leyó una biografía. Después se entonó el «aleluya» y los postuladores de la causa de canonización llevaron en procesión por la basílica dos velas y dos centros florales para colocarlos en el relicario de la nueva santa, que fue rociado con incienso.

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A los fieles y peregrinos argentinos y de otras partes del mundo que llegaron para la canonización de Mama Antula, el Obispo de Roma les preguntó si sabemos hacer nuestro el “toque” de Jesús. Dijo que no es fácil y por eso debemos vigilar cuando en el corazón se asoman los instintos contrarios a su “hacerse cercano” y a su “hacerse don”, sobre todo, cuando tomamos distancia de los demás para centrarnos en nosotros mismos, cuando reducimos el mundo a los recintos de nuestro “estar bien”, cuando creemos que el problema son siempre y solamente los demás.

“En estos casos tengamos cuidado, porque el diagnóstico es claro: se trata de ‘lepra del alma’; una enfermedad que nos hace insensibles al amor, a la compasión, que nos destruye por medio de las ‘gangrenas’ del egoísmo, del prejuicio, de la indiferencia y de la intolerancia. Estemos atentos también porque sucede como en el caso de las primeras manchitas de lepra, las que aparecen en la piel en la fase inicial del mal: si no se actúa de inmediato, la infección crece y se vuelve devastadora”.

Milei tenía previsto un breve y protocolario saludo con Francisco este domingo en la sacristía del templo, mientras que el lunes mantendrá una audiencia privada en el Palacio Apostólico a partir de las 09.30 local. El presidente ultraderechista llegó antes a la basílica y saludó a algunos argentinos e invitados presentes, fotografiándose con ellos.