La agenda política y el mismo Gobierno ningunean a la gente

La prioridad de los políticos no es la atención a las necesidades de la gente. La comprobación es fácil de obtener. Sólo hay que seguir lo que publican los grandes holdings de medios y atender el contenido de las concentraciones partidarias. En ambas hay una ausencia de temas que son de la ciudadanía, como el costo de vida, inflación, malos servicios de ESSAP, ANDE, seguro médico privado caro y el público deficiente, entre otros temas.


En el sector de la ANR, los abdistas tienen como prioridad que el mal pasa por el cartismo. Este a su vez pone toda la artillería en la pésima gestión de Abdo. Sin descartar ambas versiones, en contrapartida hay nula propuestas o gestión a favor de sus propios correligionarios. Con un sólo ejemplo actual, del día, ratificamos el desinterés Gobierno hacia el pueblo: La ausencia de Marito en el día de mayor importancia para la República del Paraguay; huye de nuevo hacia Europa y ningunea el Censo que promocionó a diestra y siniestra como parte de su administración.


Por el sector de la oposición tampoco se percibe una obsesión por atender las urgencias y prioridades de la sociedad. En el PLRA, Alegre únicamente habla de la mafia de Cartes pero no es dinámico por igual en su crítica a Abdo. Su silencio hacia el Gobierno es llamativo. Obviamente disimula con su populismo conocido referente al tema de la energía de la Ande. Los otros políticos o grupos partidarios casi no tienen el mismo espacio en esa prensa que dedica horas de entrevistas, imágenes en TV y notas en impreso y digital a los sectores en competencia.

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Ahora mismo hay otra suba de combustible, pero ningún sector en campaña dice algo serio para modificar el golpe al bolsillo del consumidor. Hasta hay un silencio cómplice de la mayoría de los candidatos sobre el dolor del pueblo. Tampoco hay reacción de la oposición sobre dos altos funcionarios que ocultaron datos sobre personas secuestradas. Todos se ponen de acuerdo para inflar el gasto público. Hasta podría decirse que un candidato es peor que otro. El Gobierno está en la absoluta joda y la oposición silva y mira para otro lado. Duele esa ineficacia e inercia colectiva.


Ustedes amigos de La Tribuna tienen el derecho a observarnos y decir si somos exagerados o no. O sí mentimos deliberadamente al sostener que la agenda de los políticos va en paralelo a los reclamos, inquietudes e ilusiones de una vida mejor de la sociedad. Con algunas excepciones, quienes están en campaña sólo agreden o, en todo caso, se tapan entre sí en sus trapisondas. Encima, para peor, también buena parte de la prensa sólo trasmite ese espectáculo de Fulano contra Mengano o concede entrevistas acarameladas a esos mismos políticos, que definitivamente no prestan atención a la ciudadanía, con lo que el círculo vicioso vacía de contenido la democracia.