El electoralismo basado en la destrucción del oponente, la falta de visión país de la clase política y, por ende, la ausencia de una estrategia de Estado a largo plazo condena a la sociedad a un desarrollo limitado e inestable. Ante dicha realidad, ponemos atención al anuncio de una iniciativa del Ejecutivo que busca honrar el deber con el pueblo paraguayo.

Ninguna democracia será exitosa si la carga pública, además de ser onerosa, se mantiene burocrática e ineficiente. Irritan esas promesas electorales de reforma que se repiten en cada competencia presidencial; sin embargo, luego se comprueba la falsedad de la tan mentada transformación estructural.

Ahora se conoce el Plan Paraguay 2050, impulsado por el Gobierno a través del ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos. El proyecto, que será presentado en el segundo semestre del año, anticipa un paquete de leyes pensado en un esquema de desarrollo para proyectar gestiones públicas sostenidas a largo plazo.

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El plan define cinco pilares principales: fortalecimiento institucional, empleo, salud, seguridad e infraestructura. Su diseño apunta a una hoja de ruta estable que se presume orientará las decisiones futuras, con el objetivo final de elevar la calidad de vida de la población.

La política en Paraguay debe abandonar esa postura insensata de asumir que toda la tarea debe ser a corto plazo. Estamos atentos a conocer cada detalle del mencionado Plan Paraguay 2050. De tratarse de un proyecto sustancioso, esperamos igualmente que, tras las elecciones de 2028, se mantenga el rumbo y su continuidad.

Sin descuidar las urgencias, la planificación a largo plazo es señal de madurez política. Con una buena identificación de las carencias, se podrán encarar las verdaderas prioridades. Es hora de que los gobiernos de turno operen sobre diseños efectivos, asignando adecuadamente los recursos en beneficio de la gente.

La República merece, como mínimo, una plataforma de gobierno predecible que trascienda más de un quinquenio. La atención a las necesidades y urgencias solo tendrá soluciones rentables si se basa en estrategias fiables y viables, perennes en el tiempo. No existe otro camino.