Nuevo Gobierno debe dar carácter a la política exterior

El Gobierno que asuma en agosto próximo tiene la responsabilidad de corregir esa imagen poco productiva de Paraguay en sus relaciones internacionales. Debe hacer primar, como eje de trabajo, una política exterior basada en intereses compartidos por igual en unas relaciones bilaterales que favorezcan a la Nación.

Siempre es conveniente contar con socios fraternos y solidarios. En tal sentido, estamos observando que la mayor atención a nuestro país viene del poderoso Estados Unidos. Como nunca antes, están llegando hasta la tierra guaraní altos funcionarios de la administración Biden, como también hay una mayor puertas abiertas para las autoridades nacionales en instituciones norteamericanas.
 
En nuestra página de la fecha hay un relato de las principales delegaciones que estuvieron por Asunción. Llegaron, casi unas tras otras, diferentes representantes de la Casa Blanca, desde altos jefes militares, expertos en seguridad, marshals, administradores de USAID, parlamentarios, gente de la CIA, entre otros.

Ese interés es consecuencia de una causa que afecta a los Estados Unidos, que puede ir desde la seguridad regional, el ánimo de ayudar para combatir la corrupción, la colaboración para mejorar el nivel de las instituciones nacionales, cooperaciones en el campo de la salud, etc. Sin embargo, hay que decirlo, también hay objetivos puntuales que afectan a la era Biden.

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Creemos que un punto clave es la preocupación por la presencia China en el Cono Sur latinoamericano. Hoy casi todo el continente tiene un giro hacia la izquierda, ergo, no comparte, de buenas a primeras, el ideal de los Estados Unidos. Así las cosas, Paraguay es mirado por el Norte como un socio estratégico dentro de un posible tablero geopolítico.

Dentro de dicho panorama hay que exigir al ganador de las elecciones presidenciales de abril próximo que sea más ambicioso en los vínculos bilaterales. El nuevo Gobierno tiene que hacer valer ese interés con Estados Unidos. No puede mantener la actitud de conformismo con lo poco. Solo por citar un ejemplo, justo cuando vienen visitantes de altísimo nivel, aún no está claro el ingreso de la carne nacional al gran mercado norteamericano.
 
Citamos ese rubro cárnico, pudiendo ser otros productos, para intentar instalar en agenda que el nuevo Gobierno nacional debe ser proactivo en que la relación con los Estados Unidos deje utilidad para beneficio del pueblo paraguayo. El futuro impone un cambio a esa actitud de conformidad por lo poco o nada, que -lastimosamente- tiene la política internacional de Paraguay. Estamos ante una oportunidad, que se debe aprovechar.