Reflejo de la falta de planes y del afán de recaudar

Asunción, la Madre de Ciudades tiene una serie de complejos problemas, que ninguna de las administraciones municipales de la era democrática han podido siquiera encarar con seriedad.

Los intendentes que pasaron, sean colorados, liberales o independientes, únicamente se encargaron de llenar de funcionarios, la municipalidad, que a estas alturas, destina la mayor parte de su presupuesto para el pago de salario y una ínfima inversión en obras.

De esta manera la capital del país se ha convertido en una ciudad con los impuestos más caros y donde los moradores reciben muy pocos beneficios. Consecuencia de esto es que barrios populares y tradicionales presentan aspectos de decadencia, porque la población joven va migrando hacia las ciudades vecinas a la capital, que tienen impuestos más bajos y probablemente más beneficios inclusive que Asunción.

La otra realidad que vive la capital es la grave crisis que experimenta el centro, donde cada vez más negocios deben cerrar sus puertas, por el escaso movimiento comercial. Basta un pequeño recorrido, para observar el triste panorama de locales tradicionales que desaparecieron, puertas cerradas con carteles de “se vende” o “se alquila”.

Para dar el golpe de gracia al microcentro, ahora la administración municipal proyecta aplicar el estacionamiento tarifado en el centro y algunos barrios. Con el argumento del ordenamiento del tránsito y la formalización de los “cuidacoches” se pretende imponer el cobro por estacionamiento, que terminará matando la actividad comercial.

La Junta Municipal de Asunción que tiene que ser la caja de resonancia de los intereses ciudadanos se convierte en cómplice de este despropósito, donde los concejales antes que ponerse del lado de los contribuyentes, se alinean a los intereses de la empresa y del ejecutivo municipal.

Con el ropaje del ordenamiento y la formalización se pretende llevar adelante un plan que evidentemente tiene como único fin recaudar.

El ordenamiento y la formalización pasan por la formulación de políticas que incentiven y dinamicen la economía. En las actuales condiciones, una medida de cobro compulsivo por estacionar en la calle, solamente contribuirá, como lo venimos repitiendo, a otorgarle el certificado de defunción al centro de la capital.