Celebran cuatro décadas del cambio radical en la manera de consumir leche en el país

A la hora de producir un producto nuevo, este tiene que romper paradigmas con mucha fuerza de entrada para que el mismo quede como una necesidad en la vida cotidiana de las personas. Es así, que en el Chaco, hace 40 años lanzaron un producto revolucionario que hasta hoy día se mantiene líder en el mercado, pese a tener una competencia variada y también de buena calidad, estamos hablando de los lácteos Trébol, quienes este febrero cumplen 40 años en el mercado.

En una época donde las comunicaciones terrestres eran diferentes a la actual, un grupo de colonos menonitas del Chaco Central, apostaron por sacar al mercado un producto que hasta hoy día está en el pensamiento de muchos paraguayos e incluso llegó a trascender fronteras, siendo la preferida en muchas mesas bolivianas. Estamos hablando de los lácteos trébol, que ahora a fines de febrero cumplen 40 años en los desayunos y meriendas de miles de familias paraguayas.

Un 27 de febrero de 1984, la Cooperativa Chortitzer Ltda de Chaco Central, lanzó su producto estrella, la leche larga vida en un envase que le permitía mantener la calidad por mucho más tiempo y llegar a cada canto del Paraguay, con la misma pureza que salía desde los tambos de hasta ahora duro suelo chaqueño.

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La ciudad de Loma Plata, fue sede desde ese momento, de una revolución láctea con la industrialización de este producto, permitiéndole tener una metamorfosis económica sin perder sus propias tradiciones culturales de tantos colonos, quienes apostaron por un producto que nacía fuerte y rápidamente se instaló en la mente de las familias paraguayas, que hasta ahora siguen recibiendo el mismo sabor desde sus inicios.

Muy pocos productos, salvo algunos nocivos para la salud, llegaron a tener el éxito que consiguieron a lo largo de cuatro décadas, los menonitas, mientras que el secreto a voces no es más que la tenacidad en el trabajo, que comienza desde el tambo, con los cuidados a los animales lecheros en una maratón sin descanso que ya viene pasando varias generaciones sin descanso, las 24 horas del día desde hace más de 40 años.

Esa leche en bruto que sale tibia de las ubres, rápidamente se lleva a los centro de acopio para que en cantidad pase sin perder su ritmo, a los centros de industrialización, para que tengan los procesos que les permitan pasteurizar rápidamente y a su vez, en ciertas variedades, darles las correspondientes fortificaciones necesarias para tener una diversidad de productos sanos con beneficios directos a sus consumidores.

En el presente, hablar sobre este producto, a cualquier paraguayo nos evoca un sinónimo de calidad, salud y amor por el trabajo que desde Lácteos Trébol brindan a directamente a las mesas, apostando a la calidad de vida de millones de paraguayos que siguen eligiendo al trabajo diario de gente que merece el reconocimiento y agradecimiento, por este producto que consumen la mayoría, sin distinción de clases sociales.