La Operación Nueva Alianza halló y destruyó 208 hectáreas de marihuana, según informó de la Fiscalía, este lunes. Participaron activamente el equipo antidrogas de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), el Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI) y apoyó la Policía Federal del Brasil.
La citación operación se realizó para erradicar cultivos ilícitos de marihuana en zonas boscosas del departamento de Amambay. La intervención fue supervisada por la agente fiscal, Rossana Coronel.
Durante el procedimiento, se destruyeron 208 hectáreas de plantaciones ilegales de marihuana, equivalentes a una producción estimada de 624.000 kilogramos de la droga en etapa de crecimiento, desrtacó el Ministerio Público.
Además, se incautaron y eliminaron 24.000 kilogramos de marihuana ya procesada (picada y prensada), junto con 69 campamentos precarios utilizados para el procesamiento y resguardo del estupefaciente.
La operación se desplegó tanto por vía terrestre como aérea, en zonas como Cadete Boquerón y Trabuco, consideradas como centros de producción del narcotráfico en el norte del país, agregó el Ministerio Público.
La Operación Nueva Alianza 51: Continuará
La “Nueva Alianza 51” forma parte de un plan sostenido de combate al crimen organizado y al narcotráfico, y continuará su desarrollo en el departamento de Canindeyú, conforme al cronograma operativo establecido por las autoridades interinstitucionales, señala el informe.
Este hecho tuvo repercusión internacional. La agencia EFE divulgó la noticia señalando que agentes de Paraguay y Brasil destruyeron durante una semana, en una zona fronteriza entre ambos países, un total 648 toneladas de marihuana.
Valor calculado localmente 19 millones de dólares
La mayoría estaba en plantaciones y una parte procesada, con un valor calculado localmente 19 millones de dólares, dice el reporte internacional.
El titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), Jalil Rachid, destacó que las operaciones conjuntas entre los agentes de Paraguay y Brasil tienen el objetivo de llegar hasta el lugar de las plantaciones para destruir la marihuana, que en un 90 % está destinada al mercado brasileño