Los edificios de gran altura enfrentan riesgos en sus sistemas de prevención de incendios. Son cada vez más frecuentes en Asunción y otras ciudades y presentan riesgos específicos debido a su complejidad estructural, la alta densidad de ocupantes y las limitaciones de acceso para los bomberos, afirmó el ingeniero Guillermo Cáceres, máster en ingeniería de protección contra incendios.
Consideró urgente actualizar las regulaciones locales para alinearlas con estándares internacionales sobre los sistemas de rociadores y los códigos de seguridad humana.
Recomendó incluir exigencias específicas para edificios de gran altura, el mantenimiento obligatorio con certificaciones anuales, simulacros y capacitaciones periódicas del personal, así como sanciones por desuso o desconexión de sistemas activos.
Si bien destacó avances del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN) en los estándares de rociadores, lamentó que la Ordenanza N.º 468/14 de Asunción, que regula la prevención de incendios en la capital, esté desactualizada y no contemple dichas exigencias.
El especialista instó a los responsables de las obras a involucrar a expertos en protección contra incendios desde la etapa de diseño, no postergar la instalación de sistemas hasta el final del proyecto y exigir productos certificados.
Además, dijo que los contratistas deben ser profesionales con experiencia en normativas internacionales. Se deben priorizar la capacitación del personal y establecer programas de mantenimiento y pruebas periódicas según el tipo de sistema, indicó.
Normativas desfasadas y deficiencias: Foro Internacional
Sobre este problema y sus soluciones, las proyecciones al respecto y recomendaciones, Cáceres disertará en el Foro Internacional de Ingeniería 2025, que se realizará el 23 de julio en Asunción, organizado por el Centro Paraguayo de Ingenieros (CPI).
Cáceres mencionó, entre los errores más frecuentes que conllevan riesgos, los diseños que no contemplan rutas de evacuación seguras y suficientes; escaleras de emergencia mal ubicadas o sin presurización (ventilación forzada para impedir el ingreso de humo) y ausencia de sistemas de voceos (megafonía o aviso por voz) para una evacuación ordenada
Otros de los errores son la aprobación de planos sin revisión especializada en protección contra incendios, habilitaciones otorgadas sin pruebas funcionales completas de los sistemas y rociadores automáticos diseñados sin ajustarse a normativas actualizadas o que utilizan materiales no certificados.
El sistema de rociadores automáticos y las pruebas
“La solución más práctica y eficiente que está probada es el sistema de rociadores automáticos. Pero su eficiencia se acerca al 100% solo cuando están bien diseñados, correctamente instalados y mantenidos a lo largo de su vida útil con un Plan de Inspección Prueba y mantenimiento basado en normativa”, afirmó.
Añadió que, si bien estos sistemas inteligentes de detección multisensor advierten sobre humo, temperatura y dióxido de carbono, también pueden fallar si no se someten a pruebas periódicas.