La mayor preocupación de Estados Unidos es el terrorismo internacional. La principal amenaza para Paraguay la representan las distintas organizaciones criminales. La primera tiene una connotación más ideológica; la segunda se asienta en el narcotráfico y el lavado de dinero. Finalmente, ambos flagelos están vinculados a la seguridad nacional e internacional.
Estados Unidos es una nación poderosa. Por su nivel militar, recursos presupuestarios y capacidad de acción y reacción, puede defenderse por sí misma. Paraguay, con limitaciones propias y con instituciones débiles, necesita una alianza confiable y de envergadura para protegerse de las mafias que operan en el continente y que ya tienen tentáculos en suelo guaraní.
Por encima de las voces que buscan la quinta pata al gato o actúan por inercia de prejuicios, Paraguay será el principal beneficiado si se respeta el acuerdo firmado en Washington, cuyo objetivo es enfrentar de manera conjunta a quienes ponen en riesgo la seguridad nacional e internacional. Por la calidad de los garantes de la cooperación —el secretario de Estado Marco Rubio y el subsecretario de Seguridad Nacional Troy Edgar— hay más espacio para ganar que para perder.
Otro dato que sostiene la expectativa positiva es que, pocos días después de la rúbrica, llegaron a Asunción altas autoridades norteamericanas para encaminar la alianza estratégica. Se trata del director senior del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental, Michael Jensen; el secretario asistente interino y el secretario subasistente del Departamento de Defensa para el Hemisferio Occidental, Roosevelt Ditlevson y Joseph Humire; además del comandante del Comando Sur, Alvin Holsey.
Así como a Estados Unidos le preocupa el terrorismo internacional, Paraguay debe concentrar su energía en la lucha contra el crimen organizado. Por ello, es válido involucrar a los gobiernos de Argentina y Brasil en la seguridad de la Triple Frontera, a fin de reforzar los mecanismos de verificación fronteriza. Quiérase o no, todo grupo que atenta contra el Estado de derecho comparte el mismo delirio por la sangre derramada.
En La Tribuna valoramos toda iniciativa de capacitación, en materia militar y civil, que contribuya al entrenamiento de los encargados de la seguridad pública. El propio personal de las Fuerzas Armadas de la Nación participará en los principales centros de formación en Estados Unidos y, a la par, los entrenamientos también se realizarán en territorio nacional. Confiamos en que este vínculo será perdurable y permitirá controlar y combatir a quienes siembran dolor y luto en nuestro país.