La visita del coordinador Anticorrupción de los Estados Unidos dejó descolocados a periodistas, políticos y los mismos medios de comunicación. Enfrascado como está el país en una disputa política, cada sector pretendió llevar agua a su molino, incentivando los rumores y las especulaciones sobre la visita.

Hasta el propio presidente de la República Mario Abdo Benítez estaba perdido respecto a la misión de Richard Nephew en el país y habló de que el enviado hizo un “recorrido imparcial”. ¿Esperaba el presidente que responda al interés de algún grupo en particular?

Lo que Abdo Benítez tiene que responder ante la venida de un funcionario de otro país para hablar de corrupción, es qué hizo su gobierno para combatir el flagelo?

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Uno de los medios de referencia de nuestro país al anunciar la visita del funcionario tituló: “Enviado de EE.UU. Richard Nephew viene a luchar contra los corruptos que socavan el Estado”. Cuando que la visita apenas tenía por objetivo conocer lo que a nivel interno se está haciendo para combatir la corrupción.

El mismo Nephew en su única conferencia de prensa recalcó que lo importante son las medidas que se toman a nivel interno para combatir la corrupción.

El enviado del departamento de Estado estuvo en Paraguay dos días. En ese lapso se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores, representantes de organismos no gubernamentales, la fiscal General del Estado, los miembros de la sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y con una delegación de parlamentarios.

Corrupción: un problema para la seguridad nacional

Las ansias de que la misión de Nephew responda y se ajuste a la línea de los intereses políticos hicieron que se pierda de vista el motivo principal de la visita, conocer cuáles son las acciones y las políticas que se están desarrollando en el país para combatir la corrupción.

Al concluir esta misión, para la sociedad, los medios de prensa y las autoridades paraguayas debería quedar en claro que cuando un Estado tiene una política definida, actúa acorde a un plan trazado y no responde a intereses sectoriales y circunstanciales.

La administración de Joe Biden hizo de la corrupción el eje central de su política de seguridad nacional, sobre éstas convergen las acciones que se desarrollan a nivel global para garantizar la seguridad de los Estados Unidos. La corrupción es un problema de seguridad nacional porque da acogida a criminales y terroristas, como lo declaró el mismo Biden.

La lección que debería quedar para nuestras autoridades, sobre todo, para aquellos que están preparándose para acceder al poder en el 2023, es: sobre qué ejes basarán su gobierno durante los cinco años, para un combate real a la corrupción y de cómo esa política traerá tranquilidad y seguridad a los paraguayos.