Según el político y analista Carlos Alfredo Torres las designaciones de Horacio Cartes y Hugo Velázquez como “significativamente corruptos” por la Secretaría de Estados de Estado Unidos, constituyen una directa intromisión en la política del país

“No hay que pensar que los Estados Unidos toman estas determinaciones porque les importa el bienestar de los paraguayos”, dijo Torres y señaló que «los estados no tienen amigos, los estados tienen intereses». 

“Mal se puede esperar que cualquier Estado ajeno al Paraguay, pueda tomar determinaciones que beneficien a los paraguayos. Estas decisiones tienen motivaciones políticas y en este caso, estas dos designaciones incidieron directamente en el curso de los acontecimientos políticos del país. En esta ocasión, en las internas coloradas, y cambiaron el rumbo de los eventos”, remarcó. 

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Torres es egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica y por varios años trabajó en programas de Educación popular. Posteriormente se dedicó a la política militando en movimientos independientes y luego abandonó la política para dedicarse a la actividad privada. 

En el fondo alguna motivación económica

Según Torres, para entender la actuación de los Estados Unidos, “primero tendríamos que comenzar definiendo lo que es el Estado.  Un estado es la máxima expresión política y social de un pueblo. Entonces, los Estados en relación a otros Estados no son amigos, ni enemigos a priori, mucho menos son socios.  Naturalmente un estado tiende a proyectarse a ir más allá de sus posibilidades inclusive. Cuando un estado se vuelve poderoso, se vuelve grande sea militarmente o económicamente, lo que busca es justamente influenciar sobre otros Estados», para que responsan a sus intereses. 

“Después de la segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se convirtió en un imperio que dominó una parte del globo, denominado mundo occidental. Allí hizo lo que quiso, impuso gobierno, intervino estados y naturalmente buscar recursos económicos y financieros que le favorezcan”, dijo. 

Sostuvo que el problema de la corrupción en el país es real, pero que es algo que como sociedad y como estado, son los paraguayos quienes deben encontrar soluciones y respuestas a ese problema. “No se puede esperar que vengan de afuera a darnos soluciones. Un estado serio no funciona así”, dijo. 

“Quién es Estados Unidos para juzgar si un ciudadano de un país ajenos es o no corrupto. En primer lugar, está la justicia propia del Estado en este caso la justicia paraguaya. Ahora, que sea incapaz, que esté comprada es un problema interno paraguayo y es un problema interno nuestro y no de los Estados Unidos”, apuntó Torres. 

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Finalmente señaló que “detrás de estas designaciones, estamos seguro que existen intereses económicos, algún tipo de beneficios para empresas norteamericanas, seguro que con el tiempo va a aflorar los motivos reales de esta intromisión”.