Una más de «la Cámara de la vergüenza»

Por varias razones resulta desubicado el autoaumento aprobado por la Cámara de Diputados: Porque la crisis afecta a la toda la población, el salario no satisface a la mayoría asalariada, el momento político no lo recomienda y hasta resulta odioso que un cuerpo Legislativo sea juez y parte para su propio beneficio.

La falta de madurez política es una característica que desde lejos se percibe en la mayoría de los actores políticos. La sensatez es una cualidad que no se halla especialmente entre los diputados. Es casi cotidiano el triste espectáculo que brindan, incluso en abierto desafío entre propios correligionarios, por temas baladíes, y la unanimidad que tienen cuando los temas afectan sus objetivos, sin que les importe golpear intereses generales.

A poco días para las elecciones generales, aprobar un autoaumento de presupuesto de 28 mil millones de guaraníes, solo ratifica ese título de «Cámara de la Verguenza». Hablamos de un dinero para los legisladores, directores administrativos y para el resto de los funcionarios. Aúnque el aumento aún debe someterse a la resolución del Senado, el manejo de Diputados representa una afrenta por el momento difícil que vive la República.

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El nivel y la calaña de los legisladores están marcadas en esa actitud de menoscabo a la población. Pues todo se aprobó sin necesidad de un debate. De hecho, no hubo cuestionamiento alguno. Señores parlamentarios, ustedes están para legislar en función de una igualdad que debe darse en un ámbito nacional, sin discriminación alguna.

La precarización laboral afecta a la mayoría de los ciudadanos. Hay una crisis económica en el país, donde la causa es posible sea la suma de la actitud displicente, irresponsable y ineficiente de quienes están en los poderes del Estado; de la cúpula política que maneja el Ejecutivo, de quienes deben dictar normas equitativas, sabias y moderadas, que justamente no se sienten que exista en la actual Honorable Cámara de Diputados.