El uso peligroso de los drones es un nuevo desafío para la fuerza pública

El uso peligroso de los drones ya es todo un tema de preocupación y estudio de la fuerza pública. En países donde se realizan grandes eventos, el desafío de la fuerza pública es cómo interceptar los drones que se están utilizando para causar daños al público. Francia es uno de los países que encargó a su policía que busque el método para descubrir si los drones que están en el aíre es sólo para hacer deportes o realmente son armas de los criminales.

En Ucrania se usaron drones para apuntar objetivos. Inclusive las Fuerzas Armadas de este país había derribado drones, en plena guerra. «Las fuerzas y medios de defensa aérea del mando aéreo ‘sur’ del ejército del aire en la región de Mykolaiv eliminaron once drones enemigos, otros tres ‘Shahed-136’ fueron derribados por otras unidades de las fuerzas de defensa del sur», decía un mensaje militar.

El problema no es sólo cuando hay guerra entre países. Los drones, por su tamaño, pueden llegar a casa ajena, pueden llegar a oficinas, pueden espiar a adversarios políticos, a parejas sentimentales o a cualquier persona. Entonces, su uso debe ser regulado y registrado. Actualmente, en Paraguay cualquier persona puede comprar drones de las casas comerciales que venden, pese a que existe una ley al respecto.

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Francia está preocupada ahora porque el próximo año hará la Copa del Mundo del Rugby. Un año después hará los Juegos Olímpicos y, aunque parezca aún lejano, las autoridades ya comienzan a moverse para ofrecer seguridad. Uno de los temas es cómo controlar el uso de los drones en esos eventos.

En Paraguay existe la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (DINAC) que orienta el uso de los drones; pero quién hace caso a la DINAC. Seguro que son pocos. Según la DINAC, para usar un dron hay que tener permiso. Los interesados deben comunicar inclusive su plan de vuelo a esta oficina. La realidad es que muchos usan drones libremente.