HABÍA UNA VEZ (VI), Papi Barreto y sus «Millonarios», por Buenos Aires

Por Óscar Martínez Pérez

Vladimir Migdonio Barreto es el nombre del que conocimos como Papi Barreto. Inició sus estudios musicales con una grande de la música como era JOSEFA PEÑA DE FAELLA (Pepita) madre de otro grande, el maestro OSCAR FAELLA. Papi estudió además teoría y solfeo con el Maestro CARLOS DOS SANTOS, con CRISPIN PALMA y el Maestro VIRGINIO VILLAGARA y trompeta con FRANCISCO CENTURIÓN. Viajó a Buenos Aires donde siguió estudiando y formando parte de varios grupos musicales.

Contaba Papi que se había iniciado tocando trompeta según la Escuela Italiana, probablemente por el hecho de que los maestros en aquella época provenían casi todos de la Banda de Policía creada por los maestros italianos Pellegrini y Déntice que fueron sus fundadores. Más tarde, no obstante, contaba Papi que tuvo que cambiar los métodos de estudio del instrumento, migrando a la escuela Americana. Esto significó, entre otros cambios fundamentales, el cambio de la embocadura o la forma de apoyar la boquilla de la trompeta de manera diferente, según contaba.

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Un sonido prolijo y bien ajustado el de la orquesta de Papi Barreto, Los Millonarios. Eran sus integrantes el Dr. GILBERTO CICIOLI (guitarra), KUKI CESPEDES en bajo luego lo reemplaza otro CICIOLI (Luis), RAUL MONTI como cantante, en el órgano Dr. Juan Ismael, el baterista era PAPI HUME, OTTO TOPI en saxo y clarinete y posteriormente un cantante MARCO ANDRES. PAPI BARRETO fue además fundador del Jazz Club del Paraguay a instancias del Centro Cultural Paraguayo Americano en cuyo local se llevaron a cabo memorables conciertos con la asistencia masiva de entusiastas de ese género musical y sobre todo, de músicos que disfrutaban del jazz como nunca antes se había dado en Asunción y nunca más se habría de disfrutar -salvo los conciertos de la Jazz Band de la Policía de la Capital- hasta nuestros días.


En 1967, los diarios de la época daban cuenta que la orquesta PAPI BARRETO Y LOS MILLONARIOS se presentó en LR I RADIO EL MUNDO DE BUENOS AIRES. El diario LA TARDE de nuestro país informaba que ese grupo musical se había presentado en aquella emisora argentina, siendo la primera orquesta paraguaya en hacerlo. Estuvieron actuando durante dos meses en la capital porteña con singular suceso regresando a nuestro país al cabo de ese tiempo para seguir cumpliendo con sus compromisos.


El maestro Barreto se mantenía muy actualizado en todo lo que se refiera a la música y en especial en materia de su instrumento y los arreglos musicales. Mantenía correspondencia con lo más granado de la música del Rio de la Plata en especial, con algunos los mejores trompetistas de entonces, como FATS FERNANADEZ y DOMINGO ROY GRANATA, este último especialmente, con el que el intercambio
epistolar era permanente y lo mantenía actualizado en el conocimiento de las nuevas tendencias musicales en la Argentina, por entonces en el esplendor de su desarrollo en el negocio de la música y los discos. Era la época en la que los músicos esperaban el contrato para grabar ahí nomas cerquita de la casa grabadora que sacaba discos “como pan caliente”. Los músicos recibían las partituras al momento
de grabar y se largaba la grabación. Bueno, así de desarrollada estaba la industria musical en la Argentina y estos músicos compartían sus experiencias con los nuestros -como Papi Barreto- que se desempeñaban en un medio donde los ingresos para el músico provenían casi exclusivamente de los bailes. Más tarde PAPI BARRETO formó otra orquesta “LOS PUSSYCATS”, pero está ya tiene otra historia.

La vida de Papi Barreto transcurría entre los discos que recibía directamente de los Estados Unidos, así como las revistas “Dawn Beat” especializada en materia musical, cuyos ejemplares probablemente sigan primorosamente archivados en el Museo-Escuela “PAPI Y NENE BARRETO” hoy a cargo de un maestro como Bernardo Martínez, discípulo de Nene Barreto, profesor de batería y promotor cultural desde ese
museo que mantiene viva la memoria de los maestros Papi y Nene Barreto y le da vida a esa casa de la música. Sin duda que quienes compartimos los mejores momentos de aquella hermosa época de la movida musical, tenemos un recuerdo especial de los comentarios mordaces y jocosos de estos músicos únicos en su género, gente que supo hacer de la actividad musical, una profesión respetable y
respetada; dedicación plena y excelencia en el estudio de la música para brindar al público lo mejor del arte musical para bailar y escuchar. Maestros y amigos a quienes recordamos con gran afecto y admiración.