La falla ya se inicia con los ministros y tiene como foco al MITIC

El valor de la buena comunicación contrasta con la nula presencia institucional en funciones del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC). Es una de las razones de la polarización que existe en la sociedad sobre la educación en Paraguay. Se escucha de todo, donde cada sector enfrentado acusa al otro de no entender sobre la mentada transformación educativa. Hay más barras bravas que un debate sano y una batahola casi general que empeora el futuro de nuestros niños y jóvenes.


Si ya había bastante extremismo de postura sobre la transformación educativa, el cuadro se coronó con la decisión de Cámara de Diputados que busca derogar un convenio suscrito en 2020 con la Unión Europea (UE) de apoyo a la educación en el país. El tema vino a poner más pasión que razón sobre un plan cuyo foco de debate se centra en el tema de la ideología de género.


Ya dentro de un ambiente caldeado, salió el Gobierno a expresar que el compromiso es instalar formalmente un proceso de diálogo y trabajo, para lograr la elaboración participativa de una Estrategia para la Transformación del Sector Educativo 2030 (PNTE 2030). La pregunta es por qué no lo hizo antes. La respuesta más probable es porque su órgano de comunicación, el MITIC, no funciona, es un fracaso.

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Pese a contar con un millonario presupuesto, el MITIC nunca funcionó. Está lleno de burócratas y profesionales que se hacen llamar estrategas, pero con escasa visión, por lo visto, para comunicar. Lo doloroso es que la desinformación empujó a una mayor polarización entre los sectores divididos en opiniones. Lo más triste aun que en ese ambiente de confusión, nuevamente, salió perdiendo, lejos, la educación.


Ahora, ante decisión de Diputados de derogar el convenio con la Unión Europea para financiamiento de la educación, justo una semana antes de desembolso de 8 millones de dólares, el Ejecutivo se pone en campaña para que el Senado rechace la iniciativa de la Cámara Baja. O sea, se sigue en el mismo círculo vicioso, donde cada sector declara alegremente lo que siente, en reacción tardía, sin la participación del MITIC y, también, en medio de una falta de liderazgo, del mismo Gobierno.


En ese cruces de palabras entre los sectores enfrentados, también hay mucha falacia en ambos bandos. Todo parece indicar que lo que menos importa es la educación en Paraguay. Pues los errores ya comienzan cuando se coloca como cabeza del Ministerio de Educación personas que nunca tuvieron liderazgo o toman la institución para luego dar el asalto a la política. Para no ir lejos, Brunetti es uno de ellos, su reemplazante, otro.


Estamos hablando de un Plan Nacional de Transformación Educativa, cuya preparación comenzó en septiembre de 2018. En éste lapso pasaron más varios ministros, uno más inútil que otro. O sea, la falla ya tiene su razón en los propios ministros. Encima se tiene una super estructura como el MITIC, que no sirva para que lo es: Lo que menos hace es comunicar y eso crea desinformación y alienta mayor polarización y fanatismo social.


En este ambiente de polarización y confusión ya aparecen los dogmáticos y los populismos Cada uno hablando con un tono de sabelotodo, cuando en verdad todos ya son parte de una farsa circense. Todo eso sucede justamente porque no hay un plan de Educación. Sí hubiera no se podía cambiar ministro cada verano y encima poniendo uno peor que otro. Teniendo como telón de fondo, como si todo fuera poco, un MITiC que más que comunicar ayuda a la desinformación.