Con manos atadas, nuevo Fiscal General no podrá investigar gestión presidencial

Los dos cargos más importantes que se resuelven en corto tiempo son el de Fiscal General del Estado y el de Presidencia de la República. Ya resulta insoportable seguir en el círculo vicioso de llorar sobre la leche derramada, cuando se puede evitar hasta la posterior crítica inservible previendo con acciones antes que el daño ocurra. Por eso, la ciudadanía debe prestar atención a la definición sobre el titular del Ministerio Público y en la elección de la persona correcta para dirigir la Nación en el 2023.

Posiblemente los cargos mencionados sean los más importantes dentro de una República. El titular del Poder Ejecutivo debe gobernar con eficiencia para beneficio del pueblo y la persona que ocupa la FGE debe tener coraje para investigar por igual a gobernantes y gobernados. Posiblemente, luego, en grado de importancia éste el ministro de Hacienda, encargado de recaudar y manejar correctamente las cuentas del país.

La elección del Presidente de la República se hará por voto popular. La designación del FGE será por la vía política. Ésta deberá pasar el Consejo de la Magistratura, el Senado y deberá tener el acuerdo del Ejecutivo. Así las cosas, el jefe de Gobierno debe asumir sus funciones reconociendo la autonomía del Ministerio Público, y el fiscal que lidera tal institución debe tener carácter y autonomía para sostener su independencia.

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Hoy vemos que hay mucho interés del Palacio de Gobierno en tener su propio fiscal general de Estado. La misma gente que está en el Consejo de la Magistratura y miembros del Senado admiten que los cercanos al Presidente están testeando el ambiente y monitoreando el desarrollo del proceso de designación.

Un detalle a observar, hablando de los cargos que serán resueltos en breve, Presidencia y Fiscalía, fueron los cuatro intentos de juicio político contra la actual fiscal general de Estado. No debe ser casualidad, por encima de odios y amores, razones o no, que todos los esfuerzos por sacarla hayan nacido en el mismo seno palaciego.

El periodo 2023/2028 será otra oportunidad para institucionalizar la República. No hace falta mucha biblioteca ni análisis para afirmar que eso tiene su base en la transparencia y control. La transparencia ya puede entrar en dudas con la dinámica de Abdo en tener su propio fiscal de Estado. El control entrará en sospecha si el nuevo FGE viene con las manos atadas para investigar la gestión del Presidente saliente. Toda una revolución positiva habrá de comenzar en el 2023 con la investigación objetiva, autónoma, libre e independiente a la gestión del gobernante saliente.