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martes, 20 de mayo de 2025
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Inflación vs realidad

En Paraguay, como en muchas economías latinoamericanas, la inflación no es solo un indicador macroeconómico: es una realidad diaria que impacta en la mesa familiar, en la góndola del supermercado y en cada decisión de gasto. A pesar de los esfuerzos del Banco Central del Paraguay (BCP) por encauzar la inflación hacia su meta y garantizar la estabilidad de precios, el bolsillo de los ciudadanos continúa resentido.

En los primeros cuatro meses de 2025, la inflación acumulada alcanzó el 3%, superando el 2,8% del mismo periodo del año pasado. Solo en abril, el aumento fue del 0,4%, empujado principalmente por los precios de alimentos, bienes durables y servicios, según las explicaciones de los técnicos. En donde más se siente el peso de la inflación es el aumento de precios de la carne, lácteos y pescados, componentes clave de la canasta familiar.

Una realidad es que el encarecimiento de los precios se deben a factores externos, como el tipo de cambio elevado y aspectos relativos a la producción local. Sin embargo, detrás de las cifras hay personas. La inflación nunca es equitativa y golpea con mayor fuerza a quienes menos tienen. Cada punto porcentual adicional erosiona la capacidad de compra de los sectores más vulnerables, que destinan la mayor parte de sus ingresos a alimentos y servicios esenciales. En medio de todo esto, se anuncia, con mucha antelación, un posible aumento del salario mínimo legal. Esto, antes que significar un alivio, suma más la preocupación porque está comprobado, que a un aumento salarial, sigue el remarcado de precios en las góndolas.

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En este complicado panorama, el control de la inflación requiere respuestas urgentes y coordinadas, pero también, los cambios a nivel global nos deben llevar a repensar políticas que impulsen la productividad y la competitividad de nuestra economía. Desde hace tiempo lo venimos sosteniendo, que es momento de volver a impulsar fuertemente la agricultura familiar campesina, que ha sido tradicionalmente la mayor proveedora de alimentos para la mesa de los paraguayos. El mejoramiento de la productividad interna, hará que los precios no dependan tanto de factores externos.

No se trata únicamente de alcanzar la meta inflacionaria técnica. Se trata de que esa meta se traduzca en alivio para los bolsillos de los paraguayos. De nada sirve, que el BCP diga que el índice de inflación está bajo, cuando los precios de los productos siguen subiendo. Algo no cierra. Y cuando eso ocurre, es el Estado el que debe intervenir con decisiones que devuelvan poder de compra a la ciudadanía.

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