Ni Peña, Alegre, Euclides ni Payo …

Hasta el cuarto oscuro está preparado para las votaciones. Mucho se habló que el 2023 era el tiempo para reivindicar los derechos nacionales sobre Itaipú. Sin embargo, a menos de dos semanas de los comicios nacionales, ningún proyecto presidencial tiene un plan claro que para defender lo que es de la República.

Hacemos la carga de presión sobre los postulantes a la Presidencia de la República porque el actual mandatario hizo todo lo posible, con su indolencia, para beneficiar a Brasil. Ya harto conocida la actitud entreguista de Abdo Benítez, se espera que quienes pugnan el 30 de abril próximo tengan algo más que ese silencio cómplice que beneficia al gobierno de Lula.

No queremos ser agrios, pero ni siquiera nos queda claro que el pasado 28 de febrero de 2023 se haya cancelado la totalidad de la deuda por la construcción de la represa hidroeléctrica, como estaba previsto. Confiamos que así sea. Lo que definitivamente no observamos es que este 2023 se pueda renegociar el Anexo C, del Tratado, firmado en abril de 1973. Al menos por lo que se percibe en el mundo político y diplomático paraguayo.

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La reclamada renegociación es clave para lograr la igualdad administrativa y, especialmente, que Paraguay haga uso, desde su mejor parecer en beneficio del pueblo, del 50% de su energía. Es la oportunidad para que nuestro país obtenga más recursos para impulsar el desarrollo y atenuar la pobreza.

Sin embargo, más que queja queremos advertir que nos sentimos una actitud firme para el éxito de alguna renegociación. Los presidenciables no tienen nada definido. Nada. Ojalá luego se despierte en el ganador ese espíritu patriota y se corte lo que viene pasando desde 1984, tiempo desde el cual Paraguay viene entregando su parte correspondiente de energía al Brasil, recibiendo a cambio una pálida compensación