Lo que escondió Marito debajo de la alfombra

Estos cino años de presidencia de Mario Abdo Benítez, pasaron con hechos cuestionables que van a quedar en la duda y de haber complicidad con el nuevo de Santiago Peña, ya que no se podrá saber a ciencia cierta cómo ocurrieron asuntos que a simple vista no concuerdan con la realidad. La supuesta inflación casi nula, reportada hace unos meses, en los informes del Banco Central del Paraguay (BCP) y ni que decir de los bajos niveles de pobreza demostrados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Ambas instituciones, dejan más dudas que esclarecimientos al final de esta última gestión de Gobierno.

En algún momento, bajo la gestión de Santiago Peña Palacios, se deberá desenmascarar algunos peculiares informes dados en la administración que fenece esta semana. El ciudadano merece que el Gobierno Nacional entregue reportes fehacientes y correctos, por ejemplo, en el ámbito de pobreza, supuestamente el INE indica que la pobreza disminuyó en Paraguay y que la misma sólo afecta a más de 1.200.000 personas a nivel país.

Según la institución encargada de las estadísticas, encuestas y censos, el IPM registró una disminución de 11,9% desde el 2018 hasta el 2022 y así lo hicieron saber en al más reciente informe al respecto. Ya desde el 2022, la incidencia fue del 17,6% entre la población de esta escala, la cual analiza las carencias en acceso a trabajo y seguridad social, a una vivienda y servicios básicos, a servicios de salud y ambiente saludable, y a la educación.

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Supuestamente, en los informes oficiales se refleja que la pobreza alcanza exactamente a unas 1.297.537 personas, numero que comparando con los más de 7 millones de habitantes, no es fácil de entender. Mucho menos cuando factores como la inflación golpearon y siguen golpeando todos los meses a la población paraguaya, que en varios casos, con monedas completan sus gastos.

BCP, una fábrica de falacias

Siguiendo con el asunto de la inflación paraguaya, los precios que se encarecen en los supermercados, motivados por la vía libre al contrabando, flagelo que la administración que inició en 2018 fue muy permisiva y poco combativa, sumado a factores externos, hicieron el perfecto abono para una llamativa inflación que el BCP intentó ocultar con informes de nula inflación.

En un momento dado, la población creía que los economistas de la banca matriz, los mismos que analizan el comportamiento económico mensual, eran mitómanos y eso por la cantidad de detalles diferente a lo que el ciudadano común sentía con sus propios bolsillos.

Los meses de mayo, junio y julio, en el informe oficial, fueron meses donde la inflación se situó en cero o incluso menos del 0%. Mientras en las narices del Banco Central, en un comercio cualquiera del barrio las Carmelitas, se apreciaba la suba de precios en todo tipo de mercadería. La excusa de la reducción del precio en los combustibles, al parecer cayó perfectamente para que en base a eso, se tenga que recomponer a su gusto la realidad económica. Una buena estrategia, pero distante de la verdad.

La pobreza y la inflación, en algún momento deben ir de la mano, demostrar que se vive en un país con pocos pobres y baja carga inflacionaria a lo mejor es bueno para captar más inversiones, pero quien finalmente sufre somos los propios paraguayos a quienes una ida al supermercado es una odisea que finalmente nos hace creer que estamos cada día más pobres.

El desafío para Peña y equipo está a la vista, mejorar con veracidad aquello que trataron de esconder con Abdo y sobre todo, crear nuevas políticas en base a la realidad nacional, mejorar la pobreza de verdad, no basados en informes utópicos como los que el INE y el BCP estuvieron maquillando, escondiendo debajo de la alfombra si se entiende mejor, en los últimos meses.