Octubre llega con el dólar alto que amenaza ir más arriba en medio de disputas electorales

Mientras el país se halla sumergido en medio de disputas electorales en todo el territorio nacional, el mes de Octubre llega con la cotización alta del dólar que amenaza ir más arriba.

En Paraguay, la cotización del dólar fue relativamente estable hasta la mitad del año 2022, que fue alrededor de los 7.000 guaraníes a la venta, porque el BCP lo tenía controlado. En el segundo semestre sucede lo contrario. Ahora el mercado decide y cotiza en alrededor de 7.150 a la venta. En este contexto, aparentemente, el sector exportador es el más beneficiado.

Sin embargo, hay variables que influyen en el mercado. Si el nivel de exportación es bajo, tampoco la suba actual del dólar trae buenos resultados para el país o vice versa, si ese mismo nivel es alto, pero el precio de los productos en el mercado internacional es bajo y la cotización del dólar es alta, por más que los empresarios crean que obtendrán más divisas al exportar, no obtendrán un buen resultado.

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Estos son factores, entre otros, que inciden en la decisión del Banco Central del Paraguay, en muchas ocasiones, y les impulsa a inyectar dólar en el mercado paraguayo, para que no dispare la cotización. En el presente año, el BCP, ya inyectó más de 800 millones de dólares al mercado. Sin embargo, ahora viene la etapa electoral, que se suma a la crisis económica. En ese ámbito de disputa electoral, hay mayor incertidumbre en materia económica y el BCP no toma medidas para detener la disparada del dólar.

Desde otra perspectiva, en Paraguay lo que ocurre es que en los últimos meses del año los importadores hacen compras fuera del país para las fiestas de fin de año o para otras necesidades de la época. Entonces, salen los dólares del país y la cotización sube.

La suba del dólar tiene un impacto negativo, primero para los importadores y, en último término, para la ciudadanía en general. El problema se inicia con que los importadores compran más cara las mercaderías en el exterior y esto se traduce, en el último tramo, en pérdida de poder adquisitivo del consumidor final. Se aguarda una reducción del precio de combustibles que podía incidir en el precio de la canasta familiar, pero por ahora no se observa nada en el horizonte sobre este punto, sólo promesas políticas.