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sábado, 12 de octubre de 2024
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HABÍA UNA VEZ (V) La gran Banda de Músicos de la Policía y el maestro Carlos Villagra y su Casablanca

Por Óscar Martínez Pérez

Si buscáramos en nuestro país una escuela de músicos, formadora la flor y nata de los instrumentistas paraguayos, sin dudar mencionaríamos en primer lugar la BANDA DE MUSICOS DE LA POLICIA NACIONAL. Creada en 1912 por dos maestros de gran renombre en la época, de aquellos que vinieron a nuestro país para sumar su talento al crecimiento cultural del Paraguay, NICOLINO PELLEGRINI y
SALVATORE DÉNTICE. El primero, nacido en Viggiano , provincia de Potenza (Italia) en 1893 y el segundo también originario de ese país, conforman el primer cuerpo directivo de la portentosa BANDA DE MÚSICOS DE LA POLICIA NACIONAL.


Esta escuela de músicos, nació con el firme propósito de formar jóvenes en el arte de la música, enseñando e instruyéndolos en la ejecución de instrumentos musicales componentes de una banda de música. Todos o, casi todos, los músicos de las orquestas más renombradas salieron de la Banda de Policía. Esta verdadera universidad de la música, se abocó desde el principio a descubrir y adiestrar talentos; es archiconocido el caso de un grande como José Asunción Flores que por cometer un delito bagatelario fue a parar a la Banda de Policía que “en castigo”, le dio las herramientas para ser uno de los más grandes maestros de la música paraguaya conocido mundialmente. El Creador de la Guarania se había apropiado –según cuentan- de un pedazo de pan, por lo que fue internado en ese cuerpo como aprendiz para convertirse en el orgullo nacional que fue, es y será por siempre.

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El maestro CARLOS VILLAGRA que también se inició en aquella banda, hizo carrera en la Policía paraguaya, pasando por todos los grados hasta llegar a Comisario General, habiendo sido nombrado Director de la Banda de Policía en 1962, cargo que ejerció hasta 1989. Formó y dirigió una de las orquestas de baile más prestigiosas “LA CASABLANCA JAZZ” integrada por unos 10 músicos. Era una orquesta de las catalogadas como grandes; precisión y exactitud en la ejecución en un grupo humano talentoso y disciplinado tal como lo imponía su director formado en el rigor del servicio en el que había crecido y desarrollado su capacidad musical.


El Maestro Villagra fue además violinista en la ORQUESTA SINFÓNICA DE LA CIUDAD DE ASUNCIÓN, Director del Conservatorio Municipal de Música, trompetista, arreglador, docente en el Conservatorio; entre los años 50 y 60 su orquesta la Casablanca Jazz fue una de las más importantes y no faltaban en las fiestas bailables de los mejores clubes del país. Los memoriosos recuerdan las fiestas de carnaval del Club de Regatas EL MBIGUÁ cuya pista de baile tenía la característica de estar construida sobre pilotes de madera que soportaban el peso de los bailarines que saltaban -y la pista de madera al compás de ellos- disfrutando de las mejores músicas ahí, justo a la orilla de aquella bahía llena de encanto. Las fiestas del Deportivo Sajonia no eran menos. Eran de aquellas en las que padres e hijos se divertían por
igual.


La Jazz Band de la Policía Nacional, nacida bajo la inspiración del maestro Wilfrido “Chocho” Alvarenga y el maestro Yoyo González, “LA FIRS NATIONAL JAZZ BAND” que pasó a ser posteriormente la primera agrupación de ese género musical en la Banda de la Policía Nacional, habiéndose creado la Jazz Band de la PolicIa Nacional en 1975 bajo la batuta del director, Mtro. CARLOS VILLAGRA. La idea del Maestro Chocho Alvarenga nació cuando hubo de escuchar a la agrupación norteamericana de Marines “THE NAVY SHOW BANDA UNITAS” que ofrecieron varios conciertos en Asunción en la década del 70.


La CASABLANCA JAZZ estaba conformada, entre otros por : Baby Armoa (saxo), Ruiz Diaz (contrabajo), Cesar Galván (cantante) Jimy Cabañas (trombón) , Sosa, Talavera, José A. Barreto, Vicente Díaz eran otros destacados músicos de esta recordada orquesta. Una época gloriosa de la música y de los músicos paraguayos que dio origen a nuevas generaciones y estilos musicales que se impusieron a través del
tiempo y de las nuevas tendencias. Ya los grupos dejaron de ser numerosos y la música se tocaba intuitivamente o de “oreja” como se diría en la jerga de los profesionales. Las partituras quedaron de lado y se dió paso a los acordes y sonidos de las guitarras eléctricas y teclados modernos que siguen deleitando a todos. Pero los maestros como CARLOS VILLAGRA, siguen vigentes en el recuerdo de todos
quienes los admiramos por siempre.


AGRADECIMIENTOS para RIOLO ALVARENGA (maestro de la batería) por los datos aportados.

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