Durante una audiencia pública en el Congreso, estudiantes reclamaron la falta de acceso equitativo a la educación, brechas rurales, censura y precariedad en infraestructura, alimentación y transporte.
Autoridades del Ministerio de Educación y Ciencias fueron invitadas formalmente, pero ninguna asistió. Sí participaron los senadores Esperanza Martínez y José Oviedo y el diputado Raúl Benítez, quienes escucharon los testimonios sin intervenir en ningún juicio valorativo.
Acceso educativo desigual entre zonas rurales y urbanas
Los estudiantes expusieron una brecha marcada en años de escolarización. En zonas urbanas alcanzan un promedio de 11 años de estudio, mientras que en áreas rurales apenas llegan a 8 años.
Atribuyen esta diferencia a la falta de infraestructura básica: aulas adecuadas, bibliotecas, materiales didácticos y espacios dignos para aprender. Señalaron que numerosos alumnos abandonan sus estudios por la distancia a la escuela o por no contar con ingresos suficientes para sostener transporte y útiles básicos.
La brecha digital amplifica la desigualdad
Declararon que la falta de conectividad y acceso a herramientas digitales los aleja del mundo actual. Las escuelas rurales carecen de internet, computadoras y capacitación tecnológica.
Afirmaron que esas carencias limitan su capacidad para prepararse para un entorno laboral moderno y digitalizado. La disparidad entre quienes tienen acceso a tecnología y quienes no la poseen, agrava la desigualdad educativa.
Materias desactualizadas e incapacidad de los docentes para enseñar
Los alumnos denunciaron que los contenidos curriculares no responden a las necesidades del presente. Denunciaron que muchas instituciones envían tareas por WhatsApp o en PDF sin clases explicativas, sin acompañamiento pedagógico y sin discusión en el aula.
Para los docentes pidieron mayor formación.
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Alimentación escolar insuficiente
Un representante de la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (UNEPY) denunció que en una institución un grupo de alumnos del nivel medio debe pagar por el resto de la comida que deja el programa Hambre Cero.
Explicó que esos jóvenes no tienen tiempo de regresar a sus hogares para almorzar debido a la distancia y sus trabajos simultáneos.
Sin nombrar la institución ni los afectados, exigieron que la alimentación escolar incluya a todos, también a los estudiantes que trabajan y estudian al mismo tiempo.
Libertad de expresión limitada: estudiantes excluidos de decisiones que les afectan
Los jóvenes insistieron en que no tienen participación real en decisiones educativas. Aseguraron que los excluyen con el argumento de que no tienen edad o preparación. Consideran que esa exclusión equivale a censura institucional.
Sostuvieron que quienes viven la realidad del sistema educativo día tras día merecen voz y espacios de expresión.
Denunciaron que no pueden hablar libremente sobre temas como violencia, abusos o protocolos de seguridad dentro de las escuelas, a pesar de enfrentar esos problemas en primera persona.
Propuestas desde el protagonismo estudiantil
Durante la audiencia, los estudiantes exigieron que todos los jóvenes accedan a doce años de educación pública de calidad. Reclaman mejoras urgentes en infraestructura, materiales, conectividad, contenidos actualizados y capacitación docente.
Propusieron que el sistema garantice transporte gratuito o accesible y alimentación escolar suficiente para quienes trabajan y estudian simultáneamente.
No hubo presencia de autoridades del MEC pese a haber sido convocadas oficialmente. Los estudiantes salieron de la audiencia con la convicción de haber puesto sobre la mesa una denuncia clara, concreta y exigente.
Suplicaron ser escuchados y tomados en cuenta por quienes diseñan el sistema educativo que ellos viven cada día.
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