En plena temporada de época de vacunación antiaftosa, las intensas lluvias que azotan la Región Occidental, golpea a los ganaderos del Chaco, quienes desde hace semanas se declararon en crisis productiva, con consecuencias que ya golpean de manera directa a la producción bovina y sus costos.
Al respecto, Mario Balmelli, presidente de la Comisión de Carne de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), describió con crudeza la realidad que enfrentan los productores de la región.
Consecuentes pérdidas para ganaderos del Chaco
Según relató a la 1020 AM, los efectos de las inundaciones no solo ralentizan el proceso de faena por las dificultades logísticas, sino que provocan un deterioro físico evidente en los animales, e incluso la muerte de ganado atrapado en zonas donde el suelo dejó de ser firme.
«Las precipitaciones han causado una disminución muy importante del aumento de peso en todas las áreas inundadas», advirtió Balmelli, refiriéndose al impacto directo sobre la condición corporal de los bovinos.
Esa reducción en el peso vivo de los animales se traduce en pérdidas económicas para los ganaderos del Chaco, quienes ya arrastraban las secuelas de una sequía prolongada en el verano.
A esta situación se suma ahora el escenario opuesto: una temporada hídrica que acumuló hasta 620 milímetros de lluvia en menos de dos meses, muy por encima del promedio anual de 738 milímetros que suele registrarse en su zona, ubicada en el Chaco Central, al oeste de la colonia Neuland.
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Graves pérdidas en el ganado
El productor no ocultó su preocupación al subrayar que el ganado muere ahogado o atascado en los pastizales, incapaz de desplazarse en campos saturados por el agua. “El ganado muere porque a veces se queda trancado donde el suelo no es firme”, explicó, revelando una problemática que se repite en varias regiones afectadas por la crecida de los cauces y las lluvias persistentes.
La emergencia también alcanzó a la campaña sanitaria oficial. Según los reportes internos, las condiciones climáticas han multiplicado las dificultades de acceso y manejo en el departamento de Alto Paraguay, impidiendo que un porcentaje importante del hato sea inmunizado.
Balmelli no calificó la campaña como fallida, pero reconoció que hay demoras considerables y obstáculos operativos que aún no han superado.
A pesar de las expectativas de alivio luego de una de las sequías más severas de las últimas tres décadas, la acumulación hídrica repentina transformó esa esperanza en un nuevo motivo de angustia para los ganaderos.
“Después de la peor sequía que viví en 30 años, hoy me parece increíble que estemos casi pidiendo que no llueva más”, confesó el miembro de la ARP, reflejando la ironía de una situación climática extrema que viró bruscamente de un extremo al otro, sin dar respiro al ciclo productivo.
Mayo seguirá golpeando al sector ganadero
Los pronósticos para mayo no son alentadores. Las lluvias continuarían sobre gran parte del Chaco, dificultando aún más el traslado de animales.
El acceso a los puestos de vacunación y el desarrollo habitual de las tareas rurales continuarán, además, los suelos anegados y los caminos destruidos, la ganadería chaqueña vuelve a debatirse entre los rigores de la naturaleza y la necesidad de mantener a flote una actividad vital para la economía nacional.
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