Entre la angurria de los vecinos y la pugna de intereses de las potencias mundiales

Paraguay está en un situación estratégica para sacar mayor beneficio de la Hidrovía. Además se ubica en el corazón de América del Sur y es la bisagra entre las dos naciones grandes del Cono Sur, Brasil y Argentina. Con dichos países igualmente comparte lo que se llama Tres Fronteras. Todo eso no deja escapar que la Nación guaraní tiene un alto grado de corrupción, que es el tema en el cual hoy se enfoca una potencia como los Estados Unidos.

Los analistas recuerdan que en épocas de las dictaduras militares, el tema relevante para los norteamericanos fue el comunismo. Posteriormente vino el interés por las nacientes democracias en el continente, con el agregado de los Derechos Humanos, libre expresión y libertad de prensa. Actualmente, al menos en Paraguay, el interés de Washington es la corrupción, un flagelo del cual no escapan las naciones vecinas, dirigidas hoy por Lula y Fernández.


En esta parte del continente sudamericano sólo Paraguay tiene personas declaradas «significativamente corruptas». Dichas calificaciones no se conocen en países como Brasil y Argentina, ni Uruguay, que son los socios iniciales del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Igualmente, el Estado guaraní fue el que más misiones de funcionarios anti corrupción recibió en la era Joe Biden.

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Según los archivos, en el 2022, en cuatro ocasiones altos funcionarios de la administración de Biden visitaron Asunción para mantener reuniones con referentes de diferentes poderes del Estado paraguayo. El contacto, como suele darse, prácticamente ignoraron los pasos obligados llamados Brasil y Argentina. El denominador en el discurso de los integrantes de las delegaciones de funcionarios estadounidenses fue la “lucha contra la corrupción en Paraguay”.


Ciertamente, detrás de la corrupción vienen todos los demás ilícitos, como el financiamiento al terrorismo, en tema bien sensible para los Estados Unidos y para el mundo. Lo llamativo es que en esos puntos no se tiene en cuenta a los vecinos socios del Mercosur. Es posible que la corrupción de Brasil y Argentina no sea de prioridad para los Estados Unidos, y que no encuentren indicios de personas o funcionarios con alguna cercanía con los grupos de terroristas organizados.

La Tribuna en su edición de la fecha publica que Brasil y Argentina aprietan a Paraguay para sacarle más dinero. Uno reclama pagos a la ANDE y el otro sigue cobrando el peaje fluvial a todas las embarcaciones que salen y entran a nuestro país. También reproduce, en parte, una publicación del diario Clarín, que afirma que EE.UU lanzó una plan de inversiones para once países de las Américas, donde no está Paraguay, y que según el medio argentino el objetivo es para frenar la presencia de China Continental.

Como sea, en ese grito de corrupción en Paraguay, que es innegable que existe, los más beneficiados con la imagen de alta polución en el país son Brasil y Argentina, pues se da en momentos de la renegociación del Anexo C de Itaipú con uno, y la discusión sobre los controles y comercios fluviales con otro. Tampoco debe ignorar la pugna de potencias que ocurre en el Cono Sur.


Para recordar veamos los hechos más notorios bajo la era Biden y Abdo Benítez:

1- El 9 de junio de 2022, mientras el presidente paraguayo, se encontraba participando de la Cumbre de las Américas, que se desarrollaba en Los Ángeles, fue visitado por el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian Nelson. El alto funcionario concurrió junto a Abdo Benítez, para la reunión, que al parecer no estaba prevista inicialmente en la agenda.


2- El 25 de julio de ese mismo año, llegaron representantes del FBI y de la DEA para reunirse con la fiscal general del Estado Sandra Quiñónez, la fiscal adjunta, Soledad Machuca y fiscales de Delitos Económicos, Anticorrupción, Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo.


3- El 4 de agosto llegaba también al Paraguay la misión diplomática liderada por Stephanie Mur­phy, representante (dipu­tada) del Comité de Servi­cios Armados de la Cámara de Representantes de Esta­dos Unidos. Estuvo acompañada por la representante Kathleen Rice, demócrata del estado de Nueva York, quien es parte del Comité de Segu­ridad Doméstica; por Mark Green, republicano del estado de Tennessee, miem­bro del Comité de Servicios Armados, y por el represen­tante Kurt Schrader, demó­crata del estado de Oregon, que integra el Comité de Energía y Comercio.


4- El 23 de agosto llegó al Paraguay el subsecretario de Estado adjunto de Estados Unidos para Brasil y el Cono Sur y para Asuntos de la Región Andina, Mark Wells, quien aprovechó su visita para hablar del apoyo de Estados Unidos al Paraguay en el combate a la corrupción y a la impunidad.


5- En tanto que el 26 de octubre de 2022 llegaba al país, Richard Nephew, coordinador de la Oficina Anticorrupción Global, del Departamento de Estado de los Estados Unidos.


Cómo podrá notarse, sólo en un lapso de tres meses durante el 2022, cuatro misiones de funcionarios norteamericanos llegaron al Paraguay. Ya luego se conocieron las declaraciones a personas «significativamente corruptas», siendo los más destacados lo que refieren al ex presidente Cartes y al vicepresidente Velázquez, que en la semana pasada tuvieron mayor carga al relacionarlos el gobierno de Biden, con grupos terroristas del Hizbola.


Todo lo conocido hasta ahora en la lucha contra la corrupción en Paraguay se produce, repetimos, justo cuando se vienen tiempos de negociaciones en Itaipú con Brasil, manejo comercial con las aguas con Argentina y el juego de intereses de las potencias, Estados Unidos y China, por el control de ésta parte del Cono Sur. Son observaciones, equivocadas o no, que merecen ser parte de la agenda de Estado de la República.