Precio justo por la energía de Itaipú, esa es la cuestión

Asumió la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en un colorido y gigantesco acto. Lula, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores, ya había ocupado la presidencia entre 2003 y 2010. El acto de traspaso de mando se desarrolló de forma tranquila, aunque con estrictas medias de seguridad, lo que devuelve nuevamente las esperanzas de que, más allá de la aguda polarización, el vecino país siga apostando a la democracia para la alternancia en el poder.

En lo que respecta a Paraguay, lo más importante del nuevo gobierno instalado en Brasil será la renegociación de los términos del Anexo C del Tratado de Itaipú.

Lula tiene mucho defensores en Paraguay, quienes se regocijan por su retorno al poder. Son los mismos, quienes de alguna manera han hecho creer, que el nuevo mandatario brasileño había sido condescendiente con Paraguay y que nuestro país obtuvo grandes ventajas con el mentado acuerdo “Lula-Lugo”, del 2009.

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En efecto, se repite con frecuencia que con dicho acuerdo se triplicó el monto de compensación por cesión de energía paraguaya a Brasil, lo que es cierto, pero no se menciona que ese monto sigue siendo una migaja cuando se consideran los valores mayoristas de la energía generada por Itaipú, que se cotiza en el mercado brasileño.

El referido acuerdo “Lula-Lugo” contaba de 31 puntos. El retorno de Lula al poder puede ser un buen momento para desempolvar dicho documento y ver si el mandatario brasileño estará dispuesto a honrar los compromisos asumidos en aquella oportunidad.

Lo dijimos una vez en nuestro editorial y lo seguimos sosteniendo: pretender que el presidente de Brasil pague todas las deudas del pasado y colabore en la construcción de un futuro para provecho de Paraguay es casi una ilusión.

Lula le puede agradar a muchos paraguayos y no tanto a otros. Lo más importante es que a nivel local contemos con autoridades que sepan con inteligencia y coraje manejar las relaciones con el vecino país y que, en el caso de Itaipú, no se dejen embaucar por cantos de sirena, para lograr que Brasil pague lo que corresponde por la energía paraguaya. Esa es la cuestión.