La inflación y su impacto en las compras de fin de año

La inflación acumulada del 2022, según datos del Banco Central del Paraguay (BCP) es del 8,3 por ciento, hasta noviembre, la tasa más alta registrada en los últimos 10 años.

Las familias con menor renta son las que más sufren el impacto de la inflación. De hecho ésta es conocida como “el impuesto a los pobres”, porque los ingresos no aumentan en la misma proporción que la escalada de precios. Este aumento de precios reduce el poder de compra en los hogares y, en general, de la mayor parte de los consumidores.

Esto se pudo apreciar en mayor medida durante las fiestas de la Navidad. Si bien hubo un mayor movimiento de compradores, en los supermercados pudo apreciarse que ya no se forman largas filas para llegar a las cajas.

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Esta retracción en las compras ya venía registrándose desde mediados del año, por la escalada de precios de algunos productos. Principalmente, la suba de los combustibles y alimentos, que golpeó seriamente a la canasta familiar.

El mismo Banco Central del Paraguay registró esta desaceleración del consumo privado, que en el segundo trimestre del 2022 había crecido apenas un 0,4 por ciento, tras haber aumentado en 3,2% en el trimestre anterior.

El gobierno de Mario Abdo Benítez, intentó frenar la escalada inflacionaria, con una reducción del precio de la energía eléctrica del 25 por ciento hasta este mes de diciembre, pero fue la única reducción que registró la canasta familiar, ya que los precios de otros productos siguieron subiendo.

Los informes mensuales de la Secretaría de Defensa del Consumidor, reflejan que la libertad de mercado deja al arbitrio de los supermercadistas la fijación de precios. Así puede observarse que en algunos locales un mismo producto se cotiza a un precio menor, mientras que en otros, el precio se encuentra por las nubes.

En diciembre, principalmente esto pudo observarse en el precio de la carne, que experimentó una suba en promedio de hasta el 20 por ciento, en comparación a los precios del inicio del año.

Los analistas económicos coinciden que en casi todos los segmentos sociales se pudo apreciar una reducción en el consumo.

Igualmente, los bienes y servicios relacionados con la salud registraron también aumentos de precios, en los últimos meses. Los incrementos se dieron en productos farmacéuticos, además de los costos de los servicios profesionales como oculista, atención odontológica, atención médica, fisioterapia, servicios laboratoriales, ecografía, radiografía y servicios hospitalarios. 

Los aumentos también afectaron al sector de la educación en lo referente a los gastos destinados a la educación terciaria.

Aunque las proyecciones macroeconómicas indican que la economía paraguaya podría registrar una mayor estabilidad y crecimiento en el 2023 (4,3% según el Banco Mundial), lo cierto es que en la población todavía se percibe una gran incertidumbre, en cuanto a lo que depara el año electoral del 2023. En estas condiciones es natural que la gente procure gastar lo menos posible y asegurar la sobrevivencia.