Marruecos ya había dado señales de su poderío desde 1976

Por Pedro Garcia Garozzo

La presencia de Marruecos en semifinales de la copa mundial de Qatar 2022 ha sorprendido a muchos. Pero no es un hecho registrado de la noche a la mañana. Hace tiempo ya, hace poco menos de medio siglo, que empezó a dar señales de una  progresiva superación de su nivel deportivo.

Paraguay ya tuvo oportunidad de conocer la calidad del futbol marroquí cuando se encontró con la selección del país árabe del norte de Africa en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. empatando 1 a 1. Aquella vez la Albirroja avanzó hasta cuartos de final, mientras el representante de África no pudo superar la primera etapa. Pero otro exponente del continente que definitivamente ya está instalado como el de mayor fuerza después de los tradicionales europeos y sudamericanos, Ghana, nos dejó fuera de aquellos juegos y pasó a dirimir con España en semifinal. Los locales finalmente lograron el oro.

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Los más antecedentes positivos de los marroquíes se remontan a muchos años más atrás, tanto en la Copa del mundo de adultos de FIFA como en la Copa Africana de Nacioonesl.

Marruecos que ya supo conquistar la máxima competencia de su región, ya dejó un hito en la historia de los mundiales, al ser en Mexico 1986 la primera nación africana que llegó a los cuartos de final, doce años después que Túnez se convertia en el primer país en ganar un partido en una final en Argentina 1978.

Dos años antes, en la Copa Africana de 1976 logró su primer título en un sistema de definición de round robin (disputa de cuadrangular final entre los mejores por puntos), ganando la llave hacia el podio en el que ocupó el más elevado sitial, con 5 puntos por encima de Guinea (segunda con 4) y Nigeria (tercera con 3) quedando cuarto Egipto (sin unidades). Dicha edición se disputó en Etiopia y la consagración marroquí se produjo el 14 de marzo de 1976 en Adis Abeba.

En aquella gran recta final, le ganó primero a Egipto 2 a 1, luego a Nigeria 2 a 0 y finalmente empató con Guinea 1 a 1.

Regresó al podio en Nigeria, en 1980 ocupando el tercer lugar.

Estuvo otra vez cerca en 1986 en Egipto y en 1988 en casa, cuando terminó en ambos casos en la cuarta ubicación.

Su última gran actuación fue en 2004 en Tunez donde volvió a subir al podio, esta vez con eliminación directa y perdió la final ante el local 1-2.

Dos naciones africanas ya llegaron a títulos olímpicos de futbol: Nigeria en 1996 y Camerún en 2000.

La gestión marroquí en Qatar, produjo un gran impacto y es considerada la gran sorpresa, pues nunca antes un representante africano consiguió ubicarse tan arriba. Pero no es un ascenso espontaneo y sin previo aviso, sino todo lo contrario.

Este año las cinco selecciones africanas clasificadas ganaron por lo menos un partido, dos superaron la fase de grupos y solo Ghana pese a ello quedó cuarta en su serie. Senegal incluso alcanzó octavos junto a Marruecos que incluso terminó en primer lugar en el grupo (el F), dos puntos por delante de los croatas, actuales subcampeones del mundo y eliminó seguidamente a dos potencias como España y Portugal, que ya no le observaran con cierto desdén desde su península ibérica, ahora ya no solo cercana geográfica sino futbolísticamente hablando.

La misma Francia, campeona defensora, aún si reedita el título ganado hace cuatro años en  Rusia, no podrá sacarse la espina de haber perdido la imbatibilidad ante Túnez. Por contrario imperio, si podrán ser campeones invictos, si ganan primero sus semifinales y luego una eventual final, africanos o croatas,

Después de Qatar, sin importar que el fenómeno marroquí siga aún en aumento, habrá que fijar mucho más la atención en el continente africano. Incluso el propio criterio de selección de plazas mundialistas que hoy tiene FIFA, seguramente ha de ser revisado.