Cuando el reloj marque las primeras jugadas del XXXV Campeonato Panamericano de Ajedrez de la Juventud 2025, en Lima, entre el 27 de julio y el 3 de agosto, sobre los tableros no solo se cruzarán piezas y estrategias, sino también generaciones enteras que auguran el porvenir del ajedrez en América. En ese marco, la Delegación Paraguaya se presenta no como una más entre muchas, sino como una de las más prometedoras del continente, reflejo de una transformación silenciosa pero decidida en el ajedrez guaraní.
Si el ajedrez se nutre de precisión y visión a largo plazo, Paraguay parece haber entendido ambas premisas. En los últimos años, su apuesta por las divisiones juveniles, la expansión de los circuitos escolares y la formación técnica de nuevos talentos ha comenzado a dar frutos. Prueba de ello es el notable récord de títulos internacionales alcanzados en edades tempranas en este 2025: se rompieron las marcas nacionales para la obtención de los títulos de Candidato a Maestro (CM), Maestro FIDE (MF) y Maestra FIDE Femenina (WFM), posicionando al país en una inmejorable situación de cara al futuro.
Pero más allá de los números, lo que destaca es el rostro humano de esta generación. Encabezada por nombres que ya despiertan admiración fuera de las fronteras paraguayas, la delegación de este año parece una alineación destinada a dejar huella. Entre ellos, destaca el CM Enzo Viñalez (foto de cabecera), actual Campeón Mundial Escolar, quien a sus apenas 11 años representa un fenómeno del deporte ciencia. Su consagración internacional, obtenida en 2024, se dio precisamente en Lima, sede que ahora vuelve a recibirlo como si fuera un terreno ya familiar. Su participación en esta edición del Panamericano no es solo una revancha personal, sino también un símbolo del crecimiento de un país que empieza a creer en sus propios talentos.
Junto a él estará MF Arturo Cáceres (arriba de estas lineas), prodigio de tan solo 15 años que ya sabe lo que es cargar con el peso del tablero nacional sobre los hombros: es el campeón absoluto más joven de la historia del ajedrez paraguayo. Su currículum, que incluye una Medalla de Oro en los Juegos Escolares Estudiantiles Suramericanos 2022, es una anomalía por su madurez y una promesa por su proyección.
Completando el tridente de élite juvenil se encuentra MF Iván Torales, quien a los 13 años no solo ostenta el título de Maestro FIDE más joven del país, sino que ha decidido competir en la categoría Sub 16 pese a tener edad para la Sub 14. Su elección no es caprichosa, sino una declaración de principios: enfrentar rivales mayores para crecer más rápido. Esa mentalidad competitiva es quizás el mayor activo de esta generación.
En la rama femenina, la WFM Renata Mayeregger encarna otra historia de desarrollo sostenido. Con solo 17 años, es la Maestra FIDE Femenina más joven de Paraguay y se ha destacado en múltiples categorías nacionales. Su nombre empieza a figurar entre las jugadoras emergentes del continente, y su juego, técnico y firme, sugiere que lo mejor aún está por venir.
A estos referentes se suma una amplia y diversa delegación compuesta por jóvenes de distintas regiones del país: Alejandro Rivarola, Edgar Elián Espinoza, Edgar Eduardo Espinoza, Sofía Torales, Andrea Gomez, Juan Torales, Rita Martínez, Mateo Galeano, Nancy Rolín, Ezequiel Amarilla, Verónica Gonzalez, Limpia Ortiz, Valentina Moreno, Juan Manuel Moreno, Ana Paula Ramírez, Victor Ramírez, Alejandro Chen y Oscar Chen.
Todos con un juego destacable y con igual vocación en el esfuerzo, representan la base ancha de este proceso único en el país. Algunos ya han saboreado victorias regionales, otros debutarán por primera vez en un Panamericano, pero todos llevan sobre sus espaldas la misma carga: la de una generación observada con esperanza del país.
Más allá de las individualidades, el envío de esta delegación a Lima es también una apuesta institucional. Significa continuidad, planificación, y sobre todo, visión estratégica en un deporte donde cada movimiento cuenta. La experiencia de competir en un escenario continental, enfrentando a lo mejor de América, forja el carácter y perfila trayectorias. Es ahí donde se mide la diferencia entre un talento con potencial y un atleta con destino.
El ajedrez, como todo deporte, también se construye sobre narrativas. Y la que hoy protagoniza Paraguay es una historia de resurgimiento. En una región dominada históricamente por potencias como Estados Unidos, Argentina, Brasil y Cuba, el país sudamericano empieza a alzar la voz con una generación que no pide permiso para sentarse en la mesa de los grandes.
Lima, con su historia vibrante y su aire de altura, será el tablero donde se crucen destinos. Pero lo que allí ocurra no solo definirá campeones, sino que delineará los contornos del ajedrez americano de la próxima década. En ese escenario, la delegación paraguaya ya es noticia. Y si la lógica del tablero se respeta, pronto también será leyenda.