11.4 C
Asunción
martes, 29 de abril de 2025
InicioDeportesClásicos eran los de antes, con hinchas auténticos y no alquilados

Clásicos eran los de antes, con hinchas auténticos y no alquilados

En vísperas de una nueva versión del Superclásico del fútbol paraguayo entre Cerro Porteño y Olimpia, a la luz de una ambientación muy diferente a lo que antaño se vivía, surge la nostalgia y la mente evoca aquellas memorables jornadas que están muy distantes en el tiempo.

No solo se añora a los cracks que protagonizaban esas memorables jornadas sino el entorno que rodeaba a un derby entre los clubes más laureados y populares.

La gente se preparaba para ir a la cancha desde temprano para disfrutar ya del preliminar (un tiempo cuarta especial, otro reserva o juvenil).

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

Buscaba la mejor ropa para asistir a lo que realmente era una fiesta. No faltaba el equipo de tereré y el receptor portátil para escuchar los relatos de los narradores más queridos del momento. Los policías, tenían una jornada de descanso y distracción. Rara vez había algún desubicado que mereciera su atención. Pero era mínimo el caso en comparación con el alerta permanente y la tensión superlativa que hoy generan los “barras bravas”. No portaban balines de goma. A lo sumo llevaban la característica cachiporra que imponía el estate quieto a algún inadaptado.

Las hinchadas alentaban, a grito pelado. No había necesidad de bombos porque era mas efectivo para insuflar ánimo el poderoso sapucai de un Pibe Villalba que dirigía a los fanáticos de Olimpia o un Heraclio Zamphiropolos que arengaba a los de Cerro.

Estos lideres de las parcialidades de aquel tiempo, eran verdaderos señores, respetados, queridos, seguidos. Decentes e ingeniosos para improvisar algún estribillo, acompañado por sus seguidores, más que tolerado, respetado por los ocasionales contrarios. No había razón para importar cánticos de paises vecinos, mal copiados y reiterados con nula originalidad hasta el cansancio.

La mayoría de la gente iba de traje y con sombrero, distando ese atuendo años luz con relación a la irreverente vestimenta de los hinchas de hoy, con remeras cuando no van con el torso descubierto, en shorts y zapatillas, desnudando sus aparatosos tatuajes.

Por supuesto que no circulaba la droga.  A lo sumo en el ambiente se percibía el aroma del tabaco y a la salida no había necesidad de separar a los hinchas, que dejaban el estadio en una masa heterogénea y ordenada, sin insultos y a lo sumo con aceptables “cargadas”, propias de la respetuosa rivalidad que por entonces imperaba. No era necesario limitar banderas ni carteles con mensajes agresivos que instan a la violencia.

Cuanto extrañamos estos clásicos! Sobre todo el entorno de fiesta que generaban, sin el temor de no encontrar el auto donde quedó estacionado o cuando menos violentado y con algún vidrio roto y sin el riesgo de ser atacados por hordas de verdaderos criminales, más que hinchas alquilados o comprados para hacer ruido y crear un ambiente hostil.

Mientras los dirigentes continúan espantando a los hinchas auténticos que prefieren seguir los partidos mirando la televisión, y sigan criando a estos cuervos que nos comen los ojos, lo de antaño seguirá siendo solamente un nostálgico y grato recuerdo.

La frase hecha «todo tiempo pasado fue mejor» tiene cabal aplicación con lo que vivimos en nuestros dias. Clásicos eran los de antes, con hinchas auténticos y no alquilados.

En la gráfica, el “Pibe Villalba”, jefe de la hinchada de Olimpia y con sus colegas Zamphiropolos (Cerro), Olitte (Libertad) y Cacavelos (Guaraní), de las selecciones nacionales de los deprotes más populares, el futbol y en este caso el básquetbol (foto tomada en el mítico estadio Comuneros).

Editorial

Hora paraguaya

Cuando en agosto pasado el presidente Santiago Peña promulgó la ley que establecía el horario de verano como permanente para Paraguay, muchos creímos que,...