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sábado, 26 de julio de 2025
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Juan Manuel Salinas debuta en su primer film de ficción con thriller del Pombero

El reconocido documentalista debuta en el género del suspenso con una película que explora la frontera entre la realidad y la leyenda. Protagonizada por Majo Cabrera, Rafael Alfaro y Lali Gonzalez, la cinta se encuentra en etapa de postproducción y ya genera expectativas.

De documentalista a cineasta de suspenso

Tras sacudir el panorama local con el documental Paraguay, droga y banana, el periodista y realizador Juan Manuel Salinas cambia de registro y se aventura en la ficción con Buscando al señor de la noche. La película, un thriller de suspenso con tintes folclóricos, utiliza la enigmática figura del Pombero no como un simple monstruo, sino como el punto de partida para cuestionar la naturaleza de la realidad.

La idea, según explica el propio Salinas, surgió de un interés previo por los mitos paraguayos, pero con una vuelta de tuerca. “No quería hacer algo explotando sólo el folclorismo”, comenta el director. “Me entusiasmó la idea de que una cosa es el mito y otra la realidad. Y que esa realidad puede, tal vez, ser diferente a lo que relata el mito. Ese fue el puntal”.

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Esta premisa se materializa en la trama, que sigue a una estudiante de comunicación (Majo Cabrera) en la etapa final de su carrera. Para su tesis, decide realizar un documental sobre la importancia del Pombero en la cultura guaraní, con la ayuda de su profesor (Rafael Alfaro). “Eso los llevará a entrevistar a diferentes personas que dicen haber tenido una experiencia con el Pombero, hasta llegar a una cabaña donde una mujer asegura conocer su escondite”, adelanta Salinas sobre el nudo argumental que desata el misterio.

Un rodaje desafiante en el corazón de Piribebuy

El rodaje principal se llevó a cabo durante un mes en Piribebuy, un escenario que, con sus lluvias persistentes y largas jornadas nocturnas, puso a prueba al equipo. “Fue muy cansador, con jornadas largas de noche que en más de una ocasión te hacen replantear cosas”, confiesa el cineasta. En ese contexto, destaca el rol de su esposa, Daisy, como productora y directora de arte: “Fue crucial. Era la que ponía orden en el set y hacía que las cosas se concretaran”.

El proyecto se financió a través de un modelo mixto. “Recibió un aporte del Fondec (Fondo Nacional de la Cultura y las Artes), y posteriormente entraron dos marcas, Indega y Petromax”, detalla Salinas. A esto se sumó el apoyo del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo (INAP) y un préstamo personal con el que el director decidió iniciar la producción. Actualmente, el rodaje ha hecho una pausa y está a la espera de los fondos del INAP para filmar las escenas restantes en Asunción y Piribebuy.

Aunque la película se sumerge en el miedo a lo desconocido, Salinas se aleja de la etiqueta del terror puro. “Creo que es más bien una película de suspenso, de misterio. No es una película de susto”, aclara. Sorprendentemente, cita como referencia una película alejada del género: “Una de mis películas de referencia, aunque a algunos les cause gracia, es E.T. Sonaría más inteligente mencionar El séptimo sello, pero hasta hoy día tengo en la memoria a E.T. caminando en aquel bosque y esos chicos maravillosos en bicicleta”.

De la mirada documental a una ficción con alma propia

La influencia de su aclamado trabajo documental se filtra en la estructura narrativa. Los protagonistas, en su búsqueda de la verdad, realizan entrevistas para el documental de la tesis, un recurso que dota de verosimilitud al relato.

El elenco es un sólido ensamble de talento local, con figuras como Amada Gómez, Héctor Silva —quien también ofició de coach actoral—, Lali González, Raúl Daumas y Víctor Sosa Traverzzi, entre otros. La película marca además el regreso a la pantalla de Diego González (Lectura según Justino) y Sara Álvarez (Marilina).

Con la postproducción en marcha, Salinas estima tener un corte final antes de que termine el año, apuntando a un estreno en 2026. Su mayor expectativa, sin embargo, trasciende los circuitos de festivales, con los que ya hay conversaciones. “Mi expectativa es llegar a la gente, salir de nuestro microambiente”, afirma con convicción. Citando una frase atribuida a Hitchcock, concluye: “Yo creo en aquello de ‘El cine son cuatrocientas butacas que llenar’. Si la sala está llena, la obra llegó al sentir popular. ¿Por qué querría llegar sólo a cinco iluminados con cara de genios en la sala sin pororó?”.

Mientras Buscando al señor de la noche avanza, Salinas ya tiene la mirada en el futuro, con varios proyectos “Tengo varios proyectos en carpeta, escribo mucho, tengo varias cosas escritas como si fueran hamburguesas, pero de gourmet, colocadas suavemente en una imponente heladera y que esperan ser cocinadas a fuego lento. Hay un documental a mediano plazo y varias ficciones que nacieron de la literatura que leo y de las películas que creo que me formaron”. Comenta el director nacional.

Con este paso a la ficción, Juan Manuel Salinas no solo amplía su registro, sino que reafirma su visión de un cine que se nutre de las raíces locales para contar historias universales.

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