Víctimas celebran prisión de Ramón González Daher y pedirán indemnización

«Estoy muy satisfecho con la ejecución de la sentencia que ordena la prisión. Pasamos muy malos momentos cuando él manejaba la Justicia. Veíamos que no teníamos una luz en el fondo del túnel», dijo Juan Planás, víctima del sistema de «apriete» de Ramón González Daher que se entregó en la fecha, pasado el mediodía, ante el Departamento de Judiciales de la Policía Nacional. También hizo lo mismo, su hijo Fernando González Chávez. Planás expresó que «se hizo justicia» y que ahora las víctimas podrán pedir resarcimiento en cada caso, indicó.

René Alvarenga, director interino de la Penitenciaría de Tacumbú informó que los presos mencionados estarán allí «sin ningún tipo de aparato telefónico», aunque puede comunicarse con los familiares según el reglamento de la prisión.

La abogada Patricia Doria, que representa a otra víctima, al empresario Julio Mendoza Yampey, dijo también que por fin se hizo justicia y que existen 155 víctimas que podrán reclamar a partir de ahora un resarcimiento por todos los daños que los González Daher les hicieron.

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El empresario usurero, Ramón González Daher, y su hijo, Fernando González Chavez, ya están en la prisión de Tacumbú. Todas las chicanerías para evitar el cumplimiento de la medida fueron rechazadas por todas las instancias del Poder Judicial. No habiendo otros recursos posibles, la jueza de ejecución, Sandra Silveira, dio orden de captura de ambos y esta tarde ellos se entregaron en el Departamento de Judiciales de la Policía y de ahí fueron trasladado a un calabozo, donde estarán unos días hasta que le fijen otro lugar.

González Daher fue condenado a 15 años de cárcel por lavado de dinero, usura, denuncia falsa y más el comiso de 47 millones de dólares. Su hijo Fernando González Chávez fue condenado a 5 años de prisión. Ambos se registraron previamente y sin más protocolo pasaron a sus celdas.

González Daher amasó una fortuna de 6,5 billones de guaraníes mediante su sistema de aprietes u hostigamiento a sus víctimas, con la ayuda de jueces y fiscales. Se pudo comprobar que el empresario otorgaba préstamos, usaba los pagarés o cheques para cobrar lo prestado y luego formulaba denuncias falsas ante la Fiscalía como supuesta víctima, informaron fuentes judiciales.