2023, entre lo mismo de siempre
y el tufo de la ingobernabilidad

Observando el horizonte se perciben cinco años con un escenario conocido. Por un lado, si continúa el gobierno colorado, con cualquiera de los movimientos hoy en pugna, hay margen de poca modificación de la realidad. Si triunfa la Concertación con Alegre a la cabeza, aunque éste tiene el estigma de la derrota, la ingobernabilidad está a la vuelta de la esquina por la división que ya tiene dentro del PLRA y el quiebre en dos del sector de la izquierda.


La visión de lo mismo de siempre y el riesgo de la ingobernabilidad están dadas por una radiografía sobre lo que pasa actualmente, con el agregado de ser una historia repetida que viene de años. Obviamente, el tablero político puede modificarse con el devenir. Sin embargo, es válido advertir sobre el futuro que, por ahora, tiene su base en ese comportamiento de gobiernos colorados que pasaron desde 1989 y sí la oposición juega de nuevo su chance sólo sobre Alegre, asumiendo que siga acumulando otra derrota y no soluciona la resistencia que tiene en su propio sector partidario.


El resquicio de alguna esperanza pasa por saber qué gestión de transparencia y eficiencia tienen los candidatos de Añetete (Fuerza República) y del cartismo (Honor Colorado). Algo extraordinario deben tener para que no siga eso de lo mismo de siempre. Además qué credibilidad existe detrás de las promesas, que no se cumplieron. Hay que ver igualmente si la Concertación (Toda la oposición) tiene otra carta que no sea únicamente apostar en perder los comicios y sí hay otras opciones además de Alegre para sostener, en caso de triunfo, la necesaria gobernabilidad.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp


Nuestra opinión, claramente, no está en la línea de la pasión del fanatismo, en el cual están los militantes colorados y de la oposición. Ante la posibilidad de equivocarnos, y de sumar en contra el enojo de adherentes de uno y otro sector, asumimos la posición a cara descubierta con el ánimo de encaminar algo mejor en la administración de la República. Es mucho tiempo ese lapsus que va del 2023 al 2028 para continuar en ese andar a tientas de la mano de los colorados o vivir en medio de la zozobra siguiendo a quienes dicen ser la alternancia pero no son diferentes.


Paraguay precisa algo mejor. De hecho, hay una base que cualquier Nación querría; una gran ciudadanía. Hace días nomás ella dio una cátedra de civismo al quedare todo un día esperando el censo. Acá de nuevo la duda llegó de la mano de políticos y técnicos que operaron con insuficiencia como toda la actual conducción de gobierno colorado. Además de una mayoría social sensata, hay energía abundante, tierra fértil, agua saludable aún, buena ubicación geográfica y producción de alimentos, no hay radicalismo ideológico ni religioso, entre otros puntos a favor que tiene el país.


Lo que falta, definitivamente, es una mejor elite política que conduzca la República. Los colorados, hasta ahora, únicamente cumplen esa letanía de oficialismo y oposición durante las internas partidarias para luego unirse y ganar las generales, y permanecer dentro del círculo vicioso. La oposición solo tiene eso de nombre. Hoy, en casi cinco años de gobierno de Abdo, no se escuchó a los Alegres y compañía señalar con severidad los cientos de errores del Gobierno, al contrario, parecen cómplices. Empero, en tiempos electorales dicen ser opositores para mantenerse dentro de ese nefasto el mundillo viciado.


Nuestra visión apunta a construir una Nación próspera y poderosa. Hay condiciones, hasta un clima benigna, para que así sea. Nuestra misión es colaborar con la crítica sana para que un gobierno con sentido de Patria tome el poder en el 2023. Confiamos en que es posible una mejor clase política. La calidad dirigencia está dentro de los partidos Colorado y Liberal y en todos los demás grupos partidarios, a quienes alentamos a marcar la clara diferencia. Confiamos que en el 2023 será posible contar con mejores políticos en la conducción que éstos de más de lo mismo de años y evitar que en nombre de la alternancia se acumulen nuevas derrotas o, en todo caso, haya la inestable ingobernabilidad.