Brasil seguirá siendo Brasil

La responsabilidad sobre las reivindicaciones nacionales históricas y las del presente corresponde a los paraguayos. Pretender que el presidente electo de Brasil pague todas las deudas del pasado y colabore en la construcción de un futuro para provecho local, es casi una ilusión. Lo que debe asegurarse como proyecto nacional es un gobierno que en 2023 no siga en las improvisaciones y sepa, con inteligencia y coraje, manejar las relaciones con el vecino país.


Hay demasiado temas que unen a Paraguay y Brasil. Ambos tienen mucho que negociar, pero que deben darse en igualdad de condiciones, y que sólo será posible con un presidente paraguayo capaz y patriota. No hay que asumir ingenuamente que la República Federativa trasformará su modo de vida por el simple cambio de mandatario.


El tema más actual a negociar es el uso de la energía que produce la Central Hidroeléctrica de Itaipú, que -según los entendidos- genera mucho más beneficio al vecino, creando inequidad a su socio. Observando otros hechos, vemos que Brasil necesita considerablemente de Paraguay. Por el Puente de la Amistad pasan, cada día, miles y miles de brasileños. Son ciudadanos sin trabajo en su país, que se ganan el pan llevando mercaderías de Ciudad del Este hacia su territorio. Guste o no, es así.

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Existen aproximadamente 350 mil de los llamados brasiguayos, ciento de ellos viviendo en la República sin la documentación respectiva. El control de la frontera es una tarea que compromete a ambas naciones. Por allí pasan todo tipo de tráfico ilícito. Esto ocurrió sin pausa anteriormente con Lula, y se mantuvo con Bolsonaro. Siendo en alto porcentaje, una delincuencia fomentada desde el otro lado de nuestra frontera.


A los datos citados, agreguemos que Brasil fue una de las naciones que apostó a matar la esencia y la cultura guaraní liderando la Guerra de la Triple Alianza. Se quedó luego con vastos territorios ajenos. Si las deudas históricas nunca fueron saldadas y las del presente son ignoradas, sobre qué base se puede calcular que con el presidente de nuevo electo, Brasil dejará de ser Brasil con el Paraguay.


Afirmamos, basados en los registros históricos y los sucesos del tiempo actual, que Brasil seguirá siendo Brasil con Paraguay, sí es que en el 2023 no llega al Palacio de Gobierno la persona que pueda generar equilibrio y justicia en las relaciones entre los dos países. Es muy cándido eso que Itamaraty cambiará su vínculo con el Paraguay por unas elecciones presidenciales. Hasta suena absurdo, más aún si acá se mantienen ejecutivos sin carácter, enclenques, y sin amor a la Patria.