Con FGE sumisa, Abdo busca dormir sin pesadillas luego del 2023

La cuenta regresiva avanza. El reloj no se detiene. Además está la sensación de soledad por el final del poder, donde ya unos pocos quedan para acompañar la despedida. Ese paso del tiempo que va para adelante y mirando archivos de los tres grandes grupos de medios (ABC, Uh y La Nación), con tantas publicaciones sobre graves indicios de corrupción, y ante el riesgo real de líos judiciales luego del retiro del Palacio de Gobierno, es lógico que Abdo, efectivamente, pretenda una Fiscalía General sumisa.

Observando esos casos denunciados sobre mal manejo del dinero público (Ver nota que va en la Edición de la fecha), es lógico que deba darse cierta gestión de prevención para evitar, o al menos controlar de la mejor manera, la eventualidad de quebrantos con la Justicia. Los signos dejan margen para presumir ese apuro, cierto interés o, tal vez, todo sean pasos lógicos dentro de la política criolla de tener el propio fiscal amigo. Por eso, es casi natural y racional que exista en la agenda del Palacio de Gobierno la decisión por garantizar una FGE complaciente o, al menos, menos rigurosa.

La misma gente que merodea la sede gubernativa, senadores hasta miembros del Consejo de la Magistratura admiten que hay un libreta marcada para el seguimiento y monitoreo del desarrollo de la integración de la terna para Fiscalía General. En el hipotético que sea así, y hasta sea afectivo eso del candidato digitado, no será fácil que Abdo borre todas las acusaciones publicadas en su contra por la prensa, en general, y por los tres grandes holding de medios citados más arriba, en particular.

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No sólo las corrupciones denunciadas deben inquietarlo. Otra situación que no está clara es la forma que actúa su empresa relacionada con las tareas asfálticas y su vínculo con las obras públicas. Aunque ensayó ciertas respuestas sobre ese importante detalle, ellas no lograron todavía convencer. Lo más seguro es que más datos se conozcan cuando abandone la Presidencia. Se vera también en su momento el crecimiento de sus bienes, la de la misma Primera Dama y la parentela de ella. Por de pronto, es notoria la diferencia del crecimiento de su residencia privada entre 2018, antes de sentarse en el sillón y presidencial, y lo que es hoy en día. Hablamos de obras con costos que pueden resultar millonarios (Ver la nota de Tapa).

El tiempo irá colocando sobre cada interrogante la respuesta correcta. Así como hay, con razón, exigencia por la transparencia sobre el último funcionario público, también es razonable que exista sobre el primer empleado de la República. Tanto se habla de corrupción, entonces es equitativo, ecuánime y justo que se pida rendición de cuentas al Ejecutivo. En términos jurídicos, eso se inicia por la investigación fiscal, por lo que cabe que Abdo, en su intimidad, sueñe con dormir algo más tranquilo con su propio fiscal, tras dejar la comodidad del Palacio de Gobierno.